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Pide AMLO frenar reforma fiscal

September 11th, 2007 Posted in impuestos, PRI, Reforma, reforma fiscal No Comments »

Daniel Pensamiento y Armando Estrop
Reforma
11 de septiembre de 2007

El perredista pidió eliminar los bonos de fin de año, gastos médicos mayores, y la partida de ahorro

Ciudad de México (11 de septiembre de 2007).- Andrés Manuel López Obrador, ex candidato presidencial, pidió a los legisladores del FAP llevar a cabo acciones de resistencia civil pacífica para evitar la aprobación del impuesto de 5.5 por ciento a la gasolina y diesel que pretenden las bancadas de PAN y PRI en San Lázaro.

Durante un encuentro en el Salón Verde, con diputados del PRD, PT y Convergencia que integran el Frente Amplio Progresista (FAP), López Obrador dijo que por ningún motivo se podía permitir ese agravio contra el pueblo de México.

“Es mi sugerencia respetuosa para evitar esto, es, de ser necesario, llevar a cabo acciones de resistencia civil pacífica hasta conseguir que se retire de la Cámara dicha propuesta”, sostuvo en medio del grito de “presidente, presidente”.

El político tabasqueño propuso a los diputados del FAP, promover una reforma fiscal de austeridad que consistirá en disminuir 50 por ciento el gasto corriente, los salarios a magistrados, jueces, diputados y senadores.

Además, eliminar los bonos de fin de año, gastos médicos mayores, y la partida de ahorro, con lo que se podría recaudar una cifra similar a 22 mil millones, que significará aplicar el impuesto a la gasolina como pretenden el PAN y PRI.

López Obrador también criticó al Ejecutivo federal, Felipe Calderón, quien en campaña prometió bajar los precios de la gasolina, diesel, electricidad y gas, tratando de imitar una propuesta de la Coalición.

“Pero se ha dedicado a hacer lo contrario, es un mentiroso vulgar”, asentó López Obrador.

En un mensaje de alrededor de 20 minutos, López Obrador insistió en que el proyecto fiscal de Calderón mantiene los privilegios para los especuladores de la Bolsa de Mexicana de Valores y el sector económico boyante, y golpea a las clases más desprotegidas del País.

Luego de este mensaje, López Obrador se retiró de San Lázaro a la que asistió investido de su presidencia legítima, 14 meses después del resultado electoral que favoreció por medio punto porcentual a Calderón.

En el acto intervinieron además, los coordinadores de Convergencia, Alejandro Chanona, y del PRD, Javier González Garza, quienes coincidieron en que rechazarán el proyecto fiscal del Ejecutivo.

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Elogia AMLO a legisladores perredistas

September 2nd, 2007 Posted in Congreso, Reforma No Comments »

Emiliano Ruiz
Reforma
1 de septiembre de 2007
López Obrador recordó que Calderón no aceptó el voto por voto y casilla por casilla

Chiautempan, Tlaxcala (1 septiembre 2007).- El ex candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador, celebró la noche de este sábado que no se hubiera consumado la ceremonia tradicional del Informe del Presidente Felipe Calderón.

En seis de los 8 mítines que celebró en municipios del sur de Tlaxcala, el tabasqueño parodió el formato actual del Informe así como el mensaje que Calderón tiene programado dirigir mañana en Palacio Nacional, actos que calificó de “circo y ritual caduco”.

Asimismo, destacó que el mensaje presidencial de este domingo será mediático, pues dijo que Calderón tiene el apoyo de la televisión.

Durante un mitin en este municipio, el último del día, López Obrador elogió que los legisladores de su partido impidieran la ceremonia tradicional del Informe.

“Hoy era el día del aplauso al Presidente, este día el espurio de Calderón no pudo rendir su informe ante el Congreso, no pudo rendir su informe porque diputados y senadores nuestros actúan con responsabilidad y mucha dignidad”.

“Muchas veces insistimos que había que contar voto por voto y casilla por casilla. No quiso contar los votos y ahí están las consecuencias, si no contó los votos, que no cuente con nosotros”, expresó.

Horas antes, durante el mitin que encabezó en Magdalena Tlaltelulco, López Obrador había dijo que los diputados perredistas no avalarían con su presencia la ceremonia del Informe.

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El deshonesto Ugalde y sus declaraciones chistosas

August 30th, 2007 Posted in partidos, Reforma, reforma electoral, reforma fiscal No Comments »

Es increíble el cinismo de Ugalde. ¿Le pide honestidad al primer deshonesto de la República? Además, él mismo, el presidente del IFE, ¿no debería haberse comportado antes de manera honesta para tener derecho de exigirle honestidad a los demás? Neta sacas de onda, Ugalde.

Pide Ugalde honestidad a Calderón
Margarita Vega
Reforma
29 de agosto de 2007

Cuestionó que algo tan importante como el Primer Informe de Gobierno se esté negociando, al igual que la reforma fiscal

Ciudad de México (29 de agosto de 2007).- El consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, llamó al Ejecutivo a comportarse con honestidad intelectual y responsabilidad política en la negociación y diseño de la reforma electoral.

—¿Este llamado se puede también extender al Presidente de la República? Porque ya se ha publicado que Presidencia está negociando el Informe a cambio de la cabeza de los consejeros.

“Este llamado de honestidad intelectual, de honestidad política y de responsabilidad con el futuro del País es extensivo a todos los actores políticos dentro del Legislativo y dentro del Ejecutivo que participan en el diseño y finalmente en la aprobación de una futura reforma electoral”, dijo en entrevista al finalizar la sesión ordinaria que celebró el Consejo General del IFE.

Ahí, cuestionó que algo tan importante como el Primer Informe de Gobierno se esté negociando, al igual que la reforma fiscal.

—¿No pierde legitimidad? O se está dando un balazo en el pie el Gobierno de Felipe Calderón al aceptar en una negociación cambiar la cabeza de los consejeros por una reforma fiscal.

“Yo haría dos preguntas que motivan una reflexión para el futuro de la democracia: la primera es saber si la celebración de un Informe de Gobierno, en los términos previstos en la Constitución y con la formalidad que amerita la investidura presidencial puede ser parte de una negociación sobre el futuro y la independencia del Instituto Federal Electoral.

“Y la segunda pregunta que yo hago es si una reforma fiscal tan importante para el futuro social, económico del País, puede estar dependiendo de otra reforma que, siendo importante, no tiene nada que ver con ella, como la reforma electoral”, planteó.

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Cómo resolver fácilmente un desempate

August 8th, 2007 Posted in Baja California, PRI, Reforma No Comments »

¿Cómo es que un empate técnico del PRI y el PAN bajacalifornianos se transformó en pocas horas en una contundente victoria para Acción Nacional? El senador del PRD Graco Ramírez denuncia que Jorge Hank cedió su triunfo a Guadalupe Osuna con tal que el nuevo gobernador suspenda las investigaciones que se realizan actualmente a los policías que estuvieron bajo el mando de Hank mientras éste fue presidente municipal de Tijuana. Hank habría resultado, a fin de cuentas, un gobernador incómodo para el PRI, que no quiere más “joyas” de ésas en su corona: suficientes dolores de cabeza le dan al partido tiranos locales como Ulises Ruiz y Mario Marín. Así pues, Baja California sigue siendo terreno fértil para las concertacesiones (y fue allá donde comenzó a usarse esta palabra) entre el PRI y el PAN.

Acusa Graco negociación de Hank con AN
Claudia Guerrero
Reforma
7 de agosto de 2007

El legislador federal del PRD aseguró que el reconocimiento de la derrota de parte del ex Alcalde de Tijuana no es un acto de democracia

Ciudad de México (07 de agosto de 2007).- Graco Ramírez, presidente de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales de la Permanente, denunció este martes que el candidato del PRI al Gobierno de Baja California, Jorge Hank, aceptó su derrota en las elecciones a cambio de que se frenen las averiguaciones previas y la acción penal en contra de sus jefes policiacos.

En entrevista, el legislador federal del PRD aseguró que el reconocimiento de la derrota de parte del ex Alcalde de Tijuana, no es un acto de democracia, sino producto de un acuerdo con los gobiernos del PAN, tanto a nivel estatal como federal.

“No creo que el reconocimiento de la derrota por parte de Hank sea producto de un talante democrático, sino consecuencia de algún convenio que seguramente amarró con el PAN, para que no sea perseguida su gente y él mismo.

“Finalmente la elección en Baja California fue una elección de muchos intereses. Se eligió al menos malo no al mejor”, dijo.

El senador advirtió además que la virtual cancelación de las investigaciones contra los jefes policiacos, también beneficia a Acción Nacional, ya que sus funcionarios también están involucrados con el narcotráfico.

“Claro que hay una negociación, porque el PAN también piensa en lo que puede pasar a futuro, si siguen las investigaciones. Si se continúa con las investigaciones eso implicaría una guerra que llegaría hasta las oficinas del PAN, porque el PAN está involucrado en eso.

“Sería también tocar los intereses de los panistas, vinculados al narcotráfico, porque es obvio, empezando por los panistas cercanos a Ruffo”, expresó.

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Cómo resolver fácilmente un desempate

August 8th, 2007 Posted in Baja California, PRI, Reforma No Comments »

¿Cómo es que un empate técnico del PRI y el PAN bajacalifornianos se transformó en pocas horas en una contundente victoria para Acción Nacional? El senador del PRD Graco Ramírez denuncia que Jorge Hank cedió su triunfo a Guadalupe Osuna con tal que el nuevo gobernador suspenda las investigaciones que se realizan actualmente a los policías que estuvieron bajo el mando de Hank mientras éste fue presidente municipal de Tijuana. Hank habría resultado, a fin de cuentas, un gobernador incómodo para el PRI, que no quiere más “joyas” de ésas en su corona: suficientes dolores de cabeza le dan al partido tiranos locales como Ulises Ruiz y Mario Marín. Así pues, Baja California sigue siendo terreno fértil para las concertacesiones (y fue allá donde comenzó a usarse esta palabra) entre el PRI y el PAN.

Acusa Graco negociación de Hank con AN
Claudia Guerrero
Reforma
7 de agosto de 2007

El legislador federal del PRD aseguró que el reconocimiento de la derrota de parte del ex Alcalde de Tijuana no es un acto de democracia

Ciudad de México (07 de agosto de 2007).- Graco Ramírez, presidente de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales de la Permanente, denunció este martes que el candidato del PRI al Gobierno de Baja California, Jorge Hank, aceptó su derrota en las elecciones a cambio de que se frenen las averiguaciones previas y la acción penal en contra de sus jefes policiacos.

En entrevista, el legislador federal del PRD aseguró que el reconocimiento de la derrota de parte del ex Alcalde de Tijuana, no es un acto de democracia, sino producto de un acuerdo con los gobiernos del PAN, tanto a nivel estatal como federal.

“No creo que el reconocimiento de la derrota por parte de Hank sea producto de un talante democrático, sino consecuencia de algún convenio que seguramente amarró con el PAN, para que no sea perseguida su gente y él mismo.

“Finalmente la elección en Baja California fue una elección de muchos intereses. Se eligió al menos malo no al mejor”, dijo.

El senador advirtió además que la virtual cancelación de las investigaciones contra los jefes policiacos, también beneficia a Acción Nacional, ya que sus funcionarios también están involucrados con el narcotráfico.

“Claro que hay una negociación, porque el PAN también piensa en lo que puede pasar a futuro, si siguen las investigaciones. Si se continúa con las investigaciones eso implicaría una guerra que llegaría hasta las oficinas del PAN, porque el PAN está involucrado en eso.

“Sería también tocar los intereses de los panistas, vinculados al narcotráfico, porque es obvio, empezando por los panistas cercanos a Ruffo”, expresó.

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Partido Acción Nacional, responsable de las explosiones en Guanajuato (Primera parte)

July 11th, 2007 Posted in Guanajuato, izquierda, Reforma No Comments »

Por: Eratóstenes Horamarcada

Ésta es la segunda vez, en 8 meses, que cierta corriente del Partido Acción Nacional –que intenta, por medio del terror y de manera muy torpe, fortalecer a Felipe Calderón— pone en peligro a la sociedad mexicana con alarmantes atentados a objetivos civiles.

Por lo menos eso es lo que yo creo, y voy a explicar las razones que tengo para pensar así.

El 6 de noviembre del año pasado, en el Distrito Federal, los edificios del Tribunal Electoral y el PRI, así como el cajero automático de un banco, resultaron superficialmente dañados por el estallamiento simultáneo de tres petardos. Durante los días posteriores se sucedieron más ataques, en otras partes de la república, de consecuencias físicas tan modestas como las del primero.

Si bien extravagantes grupos guerrilleros de los que nadie, hasta ese momento, había tenido noticia, se adjudicaron la autoría de aquellas explosiones, la selección de los primeros objetivos –que vuelvo a enumerar: TRIFE, PRI, bancos– llevó a una población exaltada todavía por la propaganda del PAN y el Consejo Coordinador Empresarial, a señalar a los partidos políticos como culpables de esa manifestación de violencia. Por un lado, el ataque a la sede del PRI –el partido que sostiene al gobernador de Oaxaca, estado que atravesaba por entonces sus días más difíciles– hizo pensar a algunos que la APPO había tenido algo que ver en la organización de los atentados. Por otro lado, el ataque al TRIFE podía ser interpretado como una venganza del PRD por la cuestionable actuación del Tribunal durante y después de los comicios de 2006: programas de radio como el de Óscar Mario Beteta, y periódicos como el capitalino Crónica, propagaron el chisme de que Andrés Manuel López Obrador era coautor de los atentados, y numerosos blogs y sitios de internet sirvieron de eco a las calumnias de Crónica y Beteta. Al final, la izquierda fue la más lastimada por los atentados, pues los medios de difusión gobiernistas aprovecharon la histeria para iniciar una campaña de difamación en contra del PRD y la APPO.

Dos semanas después del primer ataque, el periódico Reforma anunció la salida a la luz pública de un movimiento guerrillero que se denominó a sí mismo “Comando Magonista de Liberación de la Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo“. La TDR sería, de acuerdo con su propio dicho, una de las organizaciones responsables de los estallidos del 6 de noviembre. Los portavoces de la TDR aseguraron haber creado este movimiento como consecuencia de su deserción del Ejército Popular Revolucionario, y manifestaron coincidencias con la Convención Nacional Democrática que apoya a López Obrador. Extrañamente, también pretenden coincidir con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, cuya lejanía respecto de AMLO es reconocida por todos. La nota de Reforma terminaba de vincular a López Obrador con grupos armados.

Muy conveniente para Felipe Calderón, ¿no creen?

Pero precisamente al observar que la principal víctima de los atentados era la izquierda de México, muchos nos preguntamos si el partido en el poder no estaría detrás de las explosiones.

El columnista de El Universal Raymundo Riva Palacio dio a conocer el 8 de noviembre que uno de los ingredientes de las bombas detonadas en el PRI y el TRIFE era el conocido como semtex, favorito de Al Qaeda y ETA. Dado el control tan estricto que existe en todo el mundo sobre el semtex, y la relativa facilidad de rastrear el origen del explosivo, Riva Palacio se preguntó: “¿Cuántos podrían arriesgarse a ser identificados? Una guerrilla altamente preparada, lista para enfrentar en definitiva a un Estado, sí. Un sector del mismo Estado, también. ¿Un gobierno extranjero? Igual”.

Soy yo, Eratóstenes, quien subraya la frase: Un sector del mismo Estado, también.

A fines del 2006, la objeción más fuerte a la hipótesis de un origen estatal de las bombas era lo inconveniente que resultaba para Vicente Fox evidenciar la debilidad de su gobierno. Pero Fox estaba por abandonar el cargo; había dejado de ser una figura imprescindible para el PAN, al que, de hecho, molestaba con su torpe comportamiento público. Por eso prefiero hablar de un origen panista, partidista, no estatal ni gubernamental, de los atentados de 2006.

Del artículo de Riva Palacio se desprende la imposibilidad de que el PRD o la APPO hayan fraguado los atentados de hace 8 meses. Para el periodista, las posibilidades reales son: a) un gobierno extranjero; b) una guerrilla sólida, fuerte; c) un sector del Estado.

Consideremos en serio el primer inciso. ¿Qué nación podría estar interesada en sembrar el terror en México? A algunas personas les agradaría pensar que Venezuela o Cuba, pero, como he venido repitiendo, las explosiones supusieron un golpe para el PRD y la APPO; y, en mayor o menor grado, los gobiernos de los dos países mencionados se han solidarizado ante diversas coyunturas con la izquierda mexicana.

El otro nombre que acude a la mente es el de Estados Unidos.

(Continuará.)

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Partido Acción Nacional, responsable de las explosiones en Guanajuato (Primera parte)

July 11th, 2007 Posted in Guanajuato, izquierda, Reforma No Comments »

Por: Eratóstenes Horamarcada

Ésta es la segunda vez, en 8 meses, que cierta corriente del Partido Acción Nacional –que intenta, por medio del terror y de manera muy torpe, fortalecer a Felipe Calderón— pone en peligro a la sociedad mexicana con alarmantes atentados a objetivos civiles.

Por lo menos eso es lo que yo creo, y voy a explicar las razones que tengo para pensar así.

El 6 de noviembre del año pasado, en el Distrito Federal, los edificios del Tribunal Electoral y el PRI, así como el cajero automático de un banco, resultaron superficialmente dañados por el estallamiento simultáneo de tres petardos. Durante los días posteriores se sucedieron más ataques, en otras partes de la república, de consecuencias físicas tan modestas como las del primero.

Si bien extravagantes grupos guerrilleros de los que nadie, hasta ese momento, había tenido noticia, se adjudicaron la autoría de aquellas explosiones, la selección de los primeros objetivos –que vuelvo a enumerar: TRIFE, PRI, bancos– llevó a una población exaltada todavía por la propaganda del PAN y el Consejo Coordinador Empresarial, a señalar a los partidos políticos como culpables de esa manifestación de violencia. Por un lado, el ataque a la sede del PRI –el partido que sostiene al gobernador de Oaxaca, estado que atravesaba por entonces sus días más difíciles– hizo pensar a algunos que la APPO había tenido algo que ver en la organización de los atentados. Por otro lado, el ataque al TRIFE podía ser interpretado como una venganza del PRD por la cuestionable actuación del Tribunal durante y después de los comicios de 2006: programas de radio como el de Óscar Mario Beteta, y periódicos como el capitalino Crónica, propagaron el chisme de que Andrés Manuel López Obrador era coautor de los atentados, y numerosos blogs y sitios de internet sirvieron de eco a las calumnias de Crónica y Beteta. Al final, la izquierda fue la más lastimada por los atentados, pues los medios de difusión gobiernistas aprovecharon la histeria para iniciar una campaña de difamación en contra del PRD y la APPO.

Dos semanas después del primer ataque, el periódico Reforma anunció la salida a la luz pública de un movimiento guerrillero que se denominó a sí mismo “Comando Magonista de Liberación de la Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo“. La TDR sería, de acuerdo con su propio dicho, una de las organizaciones responsables de los estallidos del 6 de noviembre. Los portavoces de la TDR aseguraron haber creado este movimiento como consecuencia de su deserción del Ejército Popular Revolucionario, y manifestaron coincidencias con la Convención Nacional Democrática que apoya a López Obrador. Extrañamente, también pretenden coincidir con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, cuya lejanía respecto de AMLO es reconocida por todos. La nota de Reforma terminaba de vincular a López Obrador con grupos armados.

Muy conveniente para Felipe Calderón, ¿no creen?

Pero precisamente al observar que la principal víctima de los atentados era la izquierda de México, muchos nos preguntamos si el partido en el poder no estaría detrás de las explosiones.

El columnista de El Universal Raymundo Riva Palacio dio a conocer el 8 de noviembre que uno de los ingredientes de las bombas detonadas en el PRI y el TRIFE era el conocido como semtex, favorito de Al Qaeda y ETA. Dado el control tan estricto que existe en todo el mundo sobre el semtex, y la relativa facilidad de rastrear el origen del explosivo, Riva Palacio se preguntó: “¿Cuántos podrían arriesgarse a ser identificados? Una guerrilla altamente preparada, lista para enfrentar en definitiva a un Estado, sí. Un sector del mismo Estado, también. ¿Un gobierno extranjero? Igual”.

Soy yo, Eratóstenes, quien subraya la frase: Un sector del mismo Estado, también.

A fines del 2006, la objeción más fuerte a la hipótesis de un origen estatal de las bombas era lo inconveniente que resultaba para Vicente Fox evidenciar la debilidad de su gobierno. Pero Fox estaba por abandonar el cargo; había dejado de ser una figura imprescindible para el PAN, al que, de hecho, molestaba con su torpe comportamiento público. Por eso prefiero hablar de un origen panista, partidista, no estatal ni gubernamental, de los atentados de 2006.

Del artículo de Riva Palacio se desprende la imposibilidad de que el PRD o la APPO hayan fraguado los atentados de hace 8 meses. Para el periodista, las posibilidades reales son: a) un gobierno extranjero; b) una guerrilla sólida, fuerte; c) un sector del Estado.

Consideremos en serio el primer inciso. ¿Qué nación podría estar interesada en sembrar el terror en México? A algunas personas les agradaría pensar que Venezuela o Cuba, pero, como he venido repitiendo, las explosiones supusieron un golpe para el PRD y la APPO; y, en mayor o menor grado, los gobiernos de los dos países mencionados se han solidarizado ante diversas coyunturas con la izquierda mexicana.

El otro nombre que acude a la mente es el de Estados Unidos.

(Continuará.)

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Las utopías torcidas

June 22nd, 2007 Posted in Chapo-Guzman, drogas, historia, pobreza, Reforma No Comments »

Lorenzo Meyer
Reforma
21 de junio de 2007

Lo torcido no son las búsquedas, sino las causas que conducen a esas salidas

Propuesta

Fue durante la presentación de un libro sobre migración que Carlos Monsiváis afirmó, tan contundente como desencantado, que hoy la única utopía del mexicano común y corriente consiste en abandonar el país para irse a trabajar, como documentado o indocumentado, a Estados Unidos.

La propuesta de Monsiváis resume de un modo brutal pero efectivo la tragedia de una sociedad nacional a la que la geografía y la historia, pero sobre todo la incompetencia y la corrupción de sus dirigencias, han terminado por hacerle ver como algo normal, inevitable e incluso deseable, que anualmente entre 450 mil y 600 mil de sus ciudadanos crucen subrepticiamente una frontera cada vez más hostil, vigilada y peligrosa. La utopía del mexicano emigrante parte de una base muy legítima: de su enorme disposición a aprovechar las condiciones que supone que hay en el país del norte para aquellos dispuestos a trabajar “en lo que sea” a condición de que el esfuerzo dé los frutos a que se aspira cuando se es joven y se está dispuesto a arriesgar mucho con tal de superar las enormes limitaciones que impone un sociedad como la mexicana, donde el crecimiento económico es magro y, sobre todo, donde cada vez es más claro que sólo los pocos tienen una oportunidad real de movilidad social.

En principio, una utopía genuina es tal justamente porque no existe pero es deseable. Como se recordará, en el origen el concepto se refería a una comunidad imaginada donde sus miembros coexistían en una relación perfecta y armoniosa entre ellos y con su entorno. La Utopía, esa isla que Tomás Moro imaginó en el siglo XVI, estaba sostenida por instituciones y por políticas que eran producto puro de la razón y del altruismo. En contraste, la utopía a la que se refirió Monsiváis es una bastante diferente; no tiene nada de relación perfecta y menos justa, pero pese a estar torcida o justamente por ello, está más cerca de la realidad y, en cualquier caso, funciona en el mismo sentido que la original: su existencia en la mente de millones de mexicanos a lo largo de más de un siglo es una motivación para actuar y una acusación indirecta a un estado de cosas insatisfactorio, contrario a la promesa de las élites políticas y económicas que desarrollaron y se beneficiaron del sistema de poder que hoy impera en México.

La Revolución Mexicana (1910-1920) tuvo, en principio, un elemento de gran pacto entre dirigentes y masa, que la hizo atractiva para esta última. En efecto, la lucha se presentó como un esfuerzo colectivo por hacer de México una comunidad muy distinta a la que existía en 1910. Se trataba de modificar al país para que el grueso de sus habitantes tuviera, por fin, una oportunidad real de desarrollar sus potencialidades como ciudadanos y trabajadores. Para eso se llevó adelante la reforma agraria, se nacionalizó el petróleo, se expandió la educación y la salud públicas y se dio forma y contenido al artículo 123, etcétera.

En la práctica, entre 1911 y 1920 la revolución tuvo una consecuencia no deseada: la salida hacia Estados Unidos en condiciones difíciles y a veces desesperadas de casi 900 mil mexicanos. Una de las más grandes figuras de la antropología y arqueología mexicanas, el doctor Manuel Gamio, buscó a algunos de esos migrantes y en un par de libros publicados en 1930 y 1931, condensó una invaluable, compleja, realista y conmovedora visión de los que habían abandonado al México en llamas para buscar su quimera personal en Estados Unidos (ver la edición preparada por Devra Weber et al, El inmigrante mexicano: la historia de su vida: entrevistas completas, 1926-1927, Segob, 2002).

Gamio mostró, con las propias palabras de los migrantes, que, entonces como ahora, su abandono de México obedeció no a un rechazo de lo propio sino a la mezcla de falta de oportunidades y miedo a la violencia con la imagen de una vida en un entorno ajeno pero promisorio. Algunos de los que se fueron lograron forjarse una vida y un futuro mejores, otros no. En todo caso, el trabajo de 10 o más horas diarias en la pisca, las ladrilleras, las vías del ferrocarril, la pavimentación, la construcción, las minas, la venta ilegal de alcohol e incluso la prostitución, fue duro y no bien remunerado. Particularmente difícil resultó la negociación y la inserción en el entorno social norteamericano de la época, donde la discriminación era moneda corriente aunque no general.

Entre los migrantes que Gamio nos develó, los hubo que ante el desvanecimiento de su utopía norteamericana elaboraron una nueva: la del retorno a México. Con la Gran Depresión, ese retorno fue obligado, al menos para unos 311 mil repatriados entre 1930 y 1933. Sin embargo, la idea de crear con y para ellos colonias agrícolas en México resultó un fracaso y un buen número regresó al norte: su búsqueda pareció tornarse en algo interminable.

La Segunda Guerra Mundial y el Programa de Braceros abrieron las puertas a 300 mil trabajadores mexicanos documentados y a muchos más sin papeles. Pasada la emergencia, el acuerdo perdió vitalidad hasta desaparecer, lo que no impidió que siguiera yéndose una parte de aquéllos con deseos de romper las trabas a su condición económica. Se calcula que entre 1961 y 1970, 454 mil mexicanos se marcharon del país en busca de futuro. Para el decenio de 1981-1990, les siguió una masa que se triplicó. En los 1990, la vigilancia del gobierno norteamericano hizo ya muy difícil el cruce de los indocumentados, pero ni eso impidió que la fuga continuara; en el quinquenio 1997-2002, los que se marcharon sumaron casi 2 millones y medio.

La otra utopía

El otro sueño de salvación individual de los mexicanos de las clases populares que buscan romper el círculo de hierro en que los mantiene el haber nacido fuera de la arena de los pocos que sí prosperan, es aún más trágico: el narcotráfico.

En México, la producción y comercialización de drogas prohibidas tiene una historia un poco más reciente que la migración. En el inicio, y como en el caso de la migración, por un tiempo el narcotráfico fue un fenómeno relativamente marginal en la vida mexicana, pero desde hace cuatro decenios los volúmenes de consumo en Estados Unidos aumentaron y esa actividad se expandió hasta llegar a tener un valor final que, a nivel global y según un cálculo de Naciones Unidas, es de más de 140 mil millones de dólares anuales. Otra estimación, muy conservadora, de la Casa Blanca, supone que de ese total las redes del narcotráfico mexicano reciben el 10 por ciento, equivalente a la mitad del monto de las remesas que envían los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.

El narcotráfico como actividad es un asunto que implica no a millones sino únicamente a millares, pero sus efectos son desproporcionados. De manera aún más contundente que con los migrantes, este fenómeno aparece como una vía muy tentadora para jóvenes de origen popular, con pocas posibilidades de mejorar su condición original, pero con una determinación digna de mejor causa. Es en ese mundo ilegal donde buscan lograr un reconocimiento y una riqueza que ninguna otra actividad les puede ofrecer. El costo es altísimo, pero todo indica que sobran los dispuestos a pagarlo.

La utopía del narco queda perfectamente registrada en sus corridos. En Clave privada la lógica es impecable: “ya mucho tiempo fui pobre/ mucha gente me ha humillado/ empecé a ganar billetes/ las cosas están volteadas/ ahora me llaman patrón/ tengo mi clave privada”.

Reflexión

Es difícil, por no decir imposible, negar el aserto de Monsiváis. Con o sin documentos, salir hacia Estados Unidos para, mediante el trabajo a brazo partido, darle un nuevo significado a la vida, es hoy la dura pero razonable y única utopía de millones de mexicanos. Sin embargo, la elección más radical, y la más torcida, es la que han hecho los “Chapo” Guzmán de este nuestro mundo: la que ofrecen el narcotráfico y la violencia. Este camino demanda un precio altísimo para quien lo toma, pues significa chocar de frente en guerra sin cuartel no sólo con la estructura de poder nacional sino con la norteamericana, es decir, con la más fuerte del planeta.

Las utopías tergiversadas que hoy despiertan la imaginación de los mexicanos no son más que otros tantos reflejos y respuestas a unas realidades internas y externas aún más torcidas. Para superarlas, se necesitaría retornar a la esperanza colectiva, pero no sólo mediante el discurso oficial -ése es muy barato- sino a través de cambios efectivos en las injustas realidades económicas, sociales, políticas y jurídicas, pero los intereses creados son enormes, y es justamente ahí donde radica lo desesperante de la situación.

Original post by Eratóstenes Horamarcada

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Las utopías torcidas

June 22nd, 2007 Posted in drogas, historia, pobreza, Reforma No Comments »

Lorenzo Meyer
Reforma
21 de junio de 2007

Lo torcido no son las búsquedas, sino las causas que conducen a esas salidas

Propuesta

Fue durante la presentación de un libro sobre migración que Carlos Monsiváis afirmó, tan contundente como desencantado, que hoy la única utopía del mexicano común y corriente consiste en abandonar el país para irse a trabajar, como documentado o indocumentado, a Estados Unidos.

La propuesta de Monsiváis resume de un modo brutal pero efectivo la tragedia de una sociedad nacional a la que la geografía y la historia, pero sobre todo la incompetencia y la corrupción de sus dirigencias, han terminado por hacerle ver como algo normal, inevitable e incluso deseable, que anualmente entre 450 mil y 600 mil de sus ciudadanos crucen subrepticiamente una frontera cada vez más hostil, vigilada y peligrosa. La utopía del mexicano emigrante parte de una base muy legítima: de su enorme disposición a aprovechar las condiciones que supone que hay en el país del norte para aquellos dispuestos a trabajar “en lo que sea” a condición de que el esfuerzo dé los frutos a que se aspira cuando se es joven y se está dispuesto a arriesgar mucho con tal de superar las enormes limitaciones que impone un sociedad como la mexicana, donde el crecimiento económico es magro y, sobre todo, donde cada vez es más claro que sólo los pocos tienen una oportunidad real de movilidad social.

En principio, una utopía genuina es tal justamente porque no existe pero es deseable. Como se recordará, en el origen el concepto se refería a una comunidad imaginada donde sus miembros coexistían en una relación perfecta y armoniosa entre ellos y con su entorno. La Utopía, esa isla que Tomás Moro imaginó en el siglo XVI, estaba sostenida por instituciones y por políticas que eran producto puro de la razón y del altruismo. En contraste, la utopía a la que se refirió Monsiváis es una bastante diferente; no tiene nada de relación perfecta y menos justa, pero pese a estar torcida o justamente por ello, está más cerca de la realidad y, en cualquier caso, funciona en el mismo sentido que la original: su existencia en la mente de millones de mexicanos a lo largo de más de un siglo es una motivación para actuar y una acusación indirecta a un estado de cosas insatisfactorio, contrario a la promesa de las élites políticas y económicas que desarrollaron y se beneficiaron del sistema de poder que hoy impera en México.

La Revolución Mexicana (1910-1920) tuvo, en principio, un elemento de gran pacto entre dirigentes y masa, que la hizo atractiva para esta última. En efecto, la lucha se presentó como un esfuerzo colectivo por hacer de México una comunidad muy distinta a la que existía en 1910. Se trataba de modificar al país para que el grueso de sus habitantes tuviera, por fin, una oportunidad real de desarrollar sus potencialidades como ciudadanos y trabajadores. Para eso se llevó adelante la reforma agraria, se nacionalizó el petróleo, se expandió la educación y la salud públicas y se dio forma y contenido al artículo 123, etcétera.

En la práctica, entre 1911 y 1920 la revolución tuvo una consecuencia no deseada: la salida hacia Estados Unidos en condiciones difíciles y a veces desesperadas de casi 900 mil mexicanos. Una de las más grandes figuras de la antropología y arqueología mexicanas, el doctor Manuel Gamio, buscó a algunos de esos migrantes y en un par de libros publicados en 1930 y 1931, condensó una invaluable, compleja, realista y conmovedora visión de los que habían abandonado al México en llamas para buscar su quimera personal en Estados Unidos (ver la edición preparada por Devra Weber et al, El inmigrante mexicano: la historia de su vida: entrevistas completas, 1926-1927, Segob, 2002).

Gamio mostró, con las propias palabras de los migrantes, que, entonces como ahora, su abandono de México obedeció no a un rechazo de lo propio sino a la mezcla de falta de oportunidades y miedo a la violencia con la imagen de una vida en un entorno ajeno pero promisorio. Algunos de los que se fueron lograron forjarse una vida y un futuro mejores, otros no. En todo caso, el trabajo de 10 o más horas diarias en la pisca, las ladrilleras, las vías del ferrocarril, la pavimentación, la construcción, las minas, la venta ilegal de alcohol e incluso la prostitución, fue duro y no bien remunerado. Particularmente difícil resultó la negociación y la inserción en el entorno social norteamericano de la época, donde la discriminación era moneda corriente aunque no general.

Entre los migrantes que Gamio nos develó, los hubo que ante el desvanecimiento de su utopía norteamericana elaboraron una nueva: la del retorno a México. Con la Gran Depresión, ese retorno fue obligado, al menos para unos 311 mil repatriados entre 1930 y 1933. Sin embargo, la idea de crear con y para ellos colonias agrícolas en México resultó un fracaso y un buen número regresó al norte: su búsqueda pareció tornarse en algo interminable.

La Segunda Guerra Mundial y el Programa de Braceros abrieron las puertas a 300 mil trabajadores mexicanos documentados y a muchos más sin papeles. Pasada la emergencia, el acuerdo perdió vitalidad hasta desaparecer, lo que no impidió que siguiera yéndose una parte de aquéllos con deseos de romper las trabas a su condición económica. Se calcula que entre 1961 y 1970, 454 mil mexicanos se marcharon del país en busca de futuro. Para el decenio de 1981-1990, les siguió una masa que se triplicó. En los 1990, la vigilancia del gobierno norteamericano hizo ya muy difícil el cruce de los indocumentados, pero ni eso impidió que la fuga continuara; en el quinquenio 1997-2002, los que se marcharon sumaron casi 2 millones y medio.

La otra utopía

El otro sueño de salvación individual de los mexicanos de las clases populares que buscan romper el círculo de hierro en que los mantiene el haber nacido fuera de la arena de los pocos que sí prosperan, es aún más trágico: el narcotráfico.

En México, la producción y comercialización de drogas prohibidas tiene una historia un poco más reciente que la migración. En el inicio, y como en el caso de la migración, por un tiempo el narcotráfico fue un fenómeno relativamente marginal en la vida mexicana, pero desde hace cuatro decenios los volúmenes de consumo en Estados Unidos aumentaron y esa actividad se expandió hasta llegar a tener un valor final que, a nivel global y según un cálculo de Naciones Unidas, es de más de 140 mil millones de dólares anuales. Otra estimación, muy conservadora, de la Casa Blanca, supone que de ese total las redes del narcotráfico mexicano reciben el 10 por ciento, equivalente a la mitad del monto de las remesas que envían los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.

El narcotráfico como actividad es un asunto que implica no a millones sino únicamente a millares, pero sus efectos son desproporcionados. De manera aún más contundente que con los migrantes, este fenómeno aparece como una vía muy tentadora para jóvenes de origen popular, con pocas posibilidades de mejorar su condición original, pero con una determinación digna de mejor causa. Es en ese mundo ilegal donde buscan lograr un reconocimiento y una riqueza que ninguna otra actividad les puede ofrecer. El costo es altísimo, pero todo indica que sobran los dispuestos a pagarlo.

La utopía del narco queda perfectamente registrada en sus corridos. En Clave privada la lógica es impecable: “ya mucho tiempo fui pobre/ mucha gente me ha humillado/ empecé a ganar billetes/ las cosas están volteadas/ ahora me llaman patrón/ tengo mi clave privada”.

Reflexión

Es difícil, por no decir imposible, negar el aserto de Monsiváis. Con o sin documentos, salir hacia Estados Unidos para, mediante el trabajo a brazo partido, darle un nuevo significado a la vida, es hoy la dura pero razonable y única utopía de millones de mexicanos. Sin embargo, la elección más radical, y la más torcida, es la que han hecho los “Chapo” Guzmán de este nuestro mundo: la que ofrecen el narcotráfico y la violencia. Este camino demanda un precio altísimo para quien lo toma, pues significa chocar de frente en guerra sin cuartel no sólo con la estructura de poder nacional sino con la norteamericana, es decir, con la más fuerte del planeta.

Las utopías tergiversadas que hoy despiertan la imaginación de los mexicanos no son más que otros tantos reflejos y respuestas a unas realidades internas y externas aún más torcidas. Para superarlas, se necesitaría retornar a la esperanza colectiva, pero no sólo mediante el discurso oficial -ése es muy barato- sino a través de cambios efectivos en las injustas realidades económicas, sociales, políticas y jurídicas, pero los intereses creados son enormes, y es justamente ahí donde radica lo desesperante de la situación.

Original post by Eratóstenes Horamarcada

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