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México, con el peor desempeño económico de AL y el Caribe en 2007: Cepal

July 27th, 2007 Posted in pobreza No Comments »

Carlos Acosta Córdova
Proceso
27 de julio de 2007

México, D.F., 26 de julio (apro).- En 2007, México será el país con el peor desempeño económico de América Latina y el Caribe, pues su Producto Interno Bruto apenas crecerá 3.2%, muy por debajo del 8.5% previsto para Panamá y del 7.5% para República Dominicana y Argentina, estimó hoy la Cepal.

En su reporte anual sobre las economías de la región, dado a conocer en su sede, en Santiago de Chile, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe prevé un crecimiento promedio de 5% para la región, pero ubica a México en el último lugar de todos los países, incluso por debajo de Haití y Ecuador, cuyas economías crecerán este año 3.5%.

Por el contrario, para el siguiente año, la Cepal prevé un menor crecimiento para la región, de 4.6%, pero México podrá remontar tres lugares para quedar, con un crecimiento de 3.7%, por arriba de Paraguay, Haití y Ecuador, que mantendrían un crecimiento aproximado de 3.5%.

Si se confirman sus pronósticos para 2008, la Cepal advierte que la región acumulará seis años de crecimiento consecutivo –desde 2003–, en los que el producto por habitante registrará un crecimiento acumulado de 20.6%, equivalente a un incremento de más de 3% anual.

Aun así, el crecimiento esperado de la región para 2007 y 2008 será menor al registrado en 2006, que fue de 5.6%.

De acuerdo con José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la Cepal, la desaceleración del crecimiento económico de México se debe al menor crecimiento registrado por la economía de Estados Unidos.

Si bien hay un “optimismo cauto” para el futuro inmediato de la economía regional, la Cepal considera, no obstante, que debe verse con preocupación el reciente aumento de la volatilidad de los mercados financieros internacionales, que podría dar al traste con las relativa fortaleza mostrada por las economías de la región.

Original post by Eratóstenes Horamarcada

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¿Ha aumentado la pobreza en Venezuela?

July 14th, 2007 Posted in economia, Hugo Chavez, pobreza No Comments »

Mi transcripción de un importante artículo del Profr. Vicenç Navarro López, que publicó ayer como documento pdf el popular sitio web Rebelión. Este artículo apareció impreso originalmente en la revista española Temas para el debate (núm. 148, marzo 2007, pp. 64-65). Temas para el debate destacó el siguiente párrafo: “La pobreza ha disminuido en Venezuela debido a las reformas estructurales realizadas por el gobierno que han permitido mayores ingresos para el Estado, con una notable expansión de los servicios públicos como sanidad, educación y transferencias públicas, que han reducido notablemente la pobreza”.

La batalla de los datos: ¿Ha aumentado la pobreza en Venezuela?
Vicenç Navarro*
Temas para el debate
Marzo 2007

Distintas informaciones aparecidas en medios de comunicación occidentales afirmaban que la pobreza había aumentado en Venezuela durante el periodo de gobierno de Hugo Chávez, animando una campaña de descrédito del Gobierno venezolano. La publicación de un estudio riguroso del Center for Economic and Policy Research de Washington DC sobre este asunto, demostró que en Venezuela ha disminuido la pobreza en 5 puntos porcentuales entre 1999 y 2005, obligando a los grandes medios americanos a rectificar anteriores informaciones. Los medios de comunicación españoles que también las difundieron no han publicado rectificación alguna.

Durante los años 2005 y 2006 aparecieron varios artículos en diarios y periódicos que gozan de gran influencia en los foros políticos, económicos y mediáticos de EEUU y de la UE, firmados en ocasiones por personas de gran renombre internacional, que indicaron que la pobreza en Venezuela bajo el gobierno de Chávez se había incrementado.

Ejemplos de ello hay muchos. Así Jorge Castañeda, que había sido Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de Vicente Fox en México, publicó en Foreign Affairs (mayo-junio 2006) que “la pobreza en Venezuela ha crecido y los indicadores de desarrollo humano se han deteriorado desde 1999, cuando Chávez inició su gobierno”. Álvaro Vargas Llosa, en una entrevista en la televisión pública estadounidense PBS Newshour (8 de noviembre 2005), declaró que “cuando Chávez tomó el poder en 1999, alrededor del 43% de la población eran pobres. Hoy, tal porcentaje ha aumentado a un 53%”. The Washington Post, en su editorial del 18 de enero 2006, repitió las mismas cifras: “La pobreza durante el mandato de Chávez ha aumentado de un 43% a un 53%”. The New York Times, en una columna de su colaborador John Vilney (8 de noviembre 2005), también escribió que “la nueva ola populista en Latinoamérica está liderada por Chávez, que está usando los ingresos generados por el petróleo para expandir el gasto público y expandir su poder. Pero a pesar de que 100 millones de petrodólares se ingresan en las arcas del Estado, la tasa de pobreza ha aumentado, sobrepasando el 50% de la población”. El Financial Times, en su sección de noticias, publicó el 11 de mayo de 2006 que “en un área, la reducción de la pobreza, el gobierno de Chávez declara una victoria. Ahora bien, según incluso los datos de la Agencia de estadísticas del gobierno de Chávez, en el año 2004 había un 53% de la población que vivía en la pobreza, un número 9,2 puntos por encima de la cifra de 1999, cuando Chávez inició su gobierno. Irritado por tales cifras, Chávez ordenó un cambio en la metodología que tal Agencia utilizaba para definir su pobreza. Como consecuencia de este cambio ‘metodológico’, en el año 2005 sólo el 39,5% de la población vivía en la pobreza, una ganancia de 14,5 puntos en sólo unos meses”.

Varios diarios españoles reprodujeron estas noticias, en una campaña de descrédito en contra del gobierno venezolano presidido por Chávez, el cual no ha tenido la oportunidad de que se le analice y evalúe rigurosamente, sin la hostilidad que ha caracterizado gran parte de los reportajes de aquella experiencia por parte de los medios de información del mundo occidental. Excepcionales en este sentido son Mark Weisbrot, Luis Sandoval y David Rosnick, economistas del prestigioso Center for Economic and Policy Research de Washington DC, quienes publicaron un informe detallado y minucioso de la evolución de la pobreza en Venezuela, el más detallado y minucioso entre los existentes hoy en la literatura anglosajona sobre este tema, titulado Tasas de pobreza en Venezuela: La importancia de ser rigurosos en los análisis de datos (Poverty rates in Venezuela: Getting the numbers right).

Crecimiento económico

Los autores (a partir de ahora W.S.R.) analizan la evolución de la pobreza familiar (household poverty) desde principios de 1997 hasta 1999, cuando Chávez inició su gobierno. Durante este periodo, caracterizado por un notable crecimiento económico de un 6,4%, la tasa de pobreza disminuyó de un 55,6% de la población a un 42,8%. Este porcentaje continuó descendiendo hasta llegar a un 39% en el año 2000; pero ese año la pobreza aumentó, y para la segunda mitad de 2003 se extendía a un 55,1% de la población. La causa de este crecimiento de la pobreza fue la huelga del petróleo (que ocurrió de diciembre de 2002 a febrero de 2003), que afectó negativamente a la economía venezolana, lo cual, junto con la fuga de capitales y la inestabilidad política creada por el golpe militar de abril de 2002, determinó una recesión económica, con el descenso de su PIB (del último cuatrimestre del año 2001 al primer cuatrimestre del año 2003) de 28,1%.

A partir de 2003, sin embargo, la economía se recuperó y creció un 17,9% en 2004 y un 9,3% en 2005. Como resultado de este crecimiento, la tasa de pobreza descendió en la segunda mitad del año 2005; su nivel era de 37,9%. Este año es el último sobre el que se ha publicado información sobre la pobreza.

Si comparamos esta tasa de 37,9% con la existente al principio del mandato de Chávez, 42,8%, significa que ha habido una disminución de 5 puntos durante el periodo de gobierno de Chávez.

Si en lugar de pobreza familiar, analizamos pobreza individual, W.S.R. muestran cómo tal pobreza descendió de un 50% en 1999 a un 43,7% en 2005, porcentaje que probablemente ha ido disminuyendo como consecuencia del continuo y elevado crecimiento económico (9,4% en el primer cuatrimestre del año 2006).

W.S.R. documentan también cómo no hubo ningún cambio en la metodología de cuantificación y definición de la pobreza, contra lo que el Financial Times había informado erróneamente. En realidad, otros métodos utilizados por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas o por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina llegan a resultados similares. El descenso de la pobreza es probablemente más acentuado aún de lo que indican estas cifras, pues éstas consideran la renta familiar o individual, sin incluir los beneficios adquiridos y consumidos como consecuencia de la extensión de los servicios públicos (sanitarios, educativos, etc.) y de la provisión de alimentos que ha beneficiado claramente a los grupos más vulnerables. Así, el 54% de la población recibe alimentos subvencionados por el Estado, entre otras prestaciones.

W.S.R. calculan que, de incorporarse estos beneficios en el cálculo de la renta familiar, la pobreza disminuiría aún más, a un 35,8%.

Una última observación. La publicación y distribución de este informe generó una corrección por parte del Washington Post y del Financial Times, admitiendo un error en sus cifras. No ha aparecido tal corrección en ninguno de los diarios españoles que miméticamente habían reproducido los datos erróneos de aquellos rotativos.

* Catedrático de Políticas Públicas en la Universitat Pompeu Fabra.

Original post by Eratóstenes Horamarcada

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¿Ha aumentado la pobreza en Venezuela?

July 14th, 2007 Posted in pobreza No Comments »

Mi transcripción de un importante artículo del Profr. Vicenç Navarro López, que publicó ayer como documento pdf el popular sitio web Rebelión. Este artículo apareció impreso originalmente en la revista española Temas para el debate (núm. 148, marzo 2007, pp. 64-65). Temas para el debate destacó el siguiente párrafo: “La pobreza ha disminuido en Venezuela debido a las reformas estructurales realizadas por el gobierno que han permitido mayores ingresos para el Estado, con una notable expansión de los servicios públicos como sanidad, educación y transferencias públicas, que han reducido notablemente la pobreza”.

La batalla de los datos: ¿Ha aumentado la pobreza en Venezuela?
Vicenç Navarro*
Temas para el debate
Marzo 2007

Distintas informaciones aparecidas en medios de comunicación occidentales afirmaban que la pobreza había aumentado en Venezuela durante el periodo de gobierno de Hugo Chávez, animando una campaña de descrédito del Gobierno venezolano. La publicación de un estudio riguroso del Center for Economic and Policy Research de Washington DC sobre este asunto, demostró que en Venezuela ha disminuido la pobreza en 5 puntos porcentuales entre 1999 y 2005, obligando a los grandes medios americanos a rectificar anteriores informaciones. Los medios de comunicación españoles que también las difundieron no han publicado rectificación alguna.

Durante los años 2005 y 2006 aparecieron varios artículos en diarios y periódicos que gozan de gran influencia en los foros políticos, económicos y mediáticos de EEUU y de la UE, firmados en ocasiones por personas de gran renombre internacional, que indicaron que la pobreza en Venezuela bajo el gobierno de Chávez se había incrementado.

Ejemplos de ello hay muchos. Así Jorge Castañeda, que había sido Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de Vicente Fox en México, publicó en Foreign Affairs (mayo-junio 2006) que “la pobreza en Venezuela ha crecido y los indicadores de desarrollo humano se han deteriorado desde 1999, cuando Chávez inició su gobierno”. Álvaro Vargas Llosa, en una entrevista en la televisión pública estadounidense PBS Newshour (8 de noviembre 2005), declaró que “cuando Chávez tomó el poder en 1999, alrededor del 43% de la población eran pobres. Hoy, tal porcentaje ha aumentado a un 53%”. The Washington Post, en su editorial del 18 de enero 2006, repitió las mismas cifras: “La pobreza durante el mandato de Chávez ha aumentado de un 43% a un 53%”. The New York Times, en una columna de su colaborador John Vilney (8 de noviembre 2005), también escribió que “la nueva ola populista en Latinoamérica está liderada por Chávez, que está usando los ingresos generados por el petróleo para expandir el gasto público y expandir su poder. Pero a pesar de que 100 millones de petrodólares se ingresan en las arcas del Estado, la tasa de pobreza ha aumentado, sobrepasando el 50% de la población”. El Financial Times, en su sección de noticias, publicó el 11 de mayo de 2006 que “en un área, la reducción de la pobreza, el gobierno de Chávez declara una victoria. Ahora bien, según incluso los datos de la Agencia de estadísticas del gobierno de Chávez, en el año 2004 había un 53% de la población que vivía en la pobreza, un número 9,2 puntos por encima de la cifra de 1999, cuando Chávez inició su gobierno. Irritado por tales cifras, Chávez ordenó un cambio en la metodología que tal Agencia utilizaba para definir su pobreza. Como consecuencia de este cambio ‘metodológico’, en el año 2005 sólo el 39,5% de la población vivía en la pobreza, una ganancia de 14,5 puntos en sólo unos meses”.

Varios diarios españoles reprodujeron estas noticias, en una campaña de descrédito en contra del gobierno venezolano presidido por Chávez, el cual no ha tenido la oportunidad de que se le analice y evalúe rigurosamente, sin la hostilidad que ha caracterizado gran parte de los reportajes de aquella experiencia por parte de los medios de información del mundo occidental. Excepcionales en este sentido son Mark Weisbrot, Luis Sandoval y David Rosnick, economistas del prestigioso Center for Economic and Policy Research de Washington DC, quienes publicaron un informe detallado y minucioso de la evolución de la pobreza en Venezuela, el más detallado y minucioso entre los existentes hoy en la literatura anglosajona sobre este tema, titulado Tasas de pobreza en Venezuela: La importancia de ser rigurosos en los análisis de datos (Poverty rates in Venezuela: Getting the numbers right).

Crecimiento económico

Los autores (a partir de ahora W.S.R.) analizan la evolución de la pobreza familiar (household poverty) desde principios de 1997 hasta 1999, cuando Chávez inició su gobierno. Durante este periodo, caracterizado por un notable crecimiento económico de un 6,4%, la tasa de pobreza disminuyó de un 55,6% de la población a un 42,8%. Este porcentaje continuó descendiendo hasta llegar a un 39% en el año 2000; pero ese año la pobreza aumentó, y para la segunda mitad de 2003 se extendía a un 55,1% de la población. La causa de este crecimiento de la pobreza fue la huelga del petróleo (que ocurrió de diciembre de 2002 a febrero de 2003), que afectó negativamente a la economía venezolana, lo cual, junto con la fuga de capitales y la inestabilidad política creada por el golpe militar de abril de 2002, determinó una recesión económica, con el descenso de su PIB (del último cuatrimestre del año 2001 al primer cuatrimestre del año 2003) de 28,1%.

A partir de 2003, sin embargo, la economía se recuperó y creció un 17,9% en 2004 y un 9,3% en 2005. Como resultado de este crecimiento, la tasa de pobreza descendió en la segunda mitad del año 2005; su nivel era de 37,9%. Este año es el último sobre el que se ha publicado información sobre la pobreza.

Si comparamos esta tasa de 37,9% con la existente al principio del mandato de Chávez, 42,8%, significa que ha habido una disminución de 5 puntos durante el periodo de gobierno de Chávez.

Si en lugar de pobreza familiar, analizamos pobreza individual, W.S.R. muestran cómo tal pobreza descendió de un 50% en 1999 a un 43,7% en 2005, porcentaje que probablemente ha ido disminuyendo como consecuencia del continuo y elevado crecimiento económico (9,4% en el primer cuatrimestre del año 2006).

W.S.R. documentan también cómo no hubo ningún cambio en la metodología de cuantificación y definición de la pobreza, contra lo que el Financial Times había informado erróneamente. En realidad, otros métodos utilizados por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas o por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina llegan a resultados similares. El descenso de la pobreza es probablemente más acentuado aún de lo que indican estas cifras, pues éstas consideran la renta familiar o individual, sin incluir los beneficios adquiridos y consumidos como consecuencia de la extensión de los servicios públicos (sanitarios, educativos, etc.) y de la provisión de alimentos que ha beneficiado claramente a los grupos más vulnerables. Así, el 54% de la población recibe alimentos subvencionados por el Estado, entre otras prestaciones.

W.S.R. calculan que, de incorporarse estos beneficios en el cálculo de la renta familiar, la pobreza disminuiría aún más, a un 35,8%.

Una última observación. La publicación y distribución de este informe generó una corrección por parte del Washington Post y del Financial Times, admitiendo un error en sus cifras. No ha aparecido tal corrección en ninguno de los diarios españoles que miméticamente habían reproducido los datos erróneos de aquellos rotativos.

* Catedrático de Políticas Públicas en la Universitat Pompeu Fabra.

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Sin pruebas, Calderón dijo que doña Ernestina murió de gastritis

July 9th, 2007 Posted in mujer, pobreza, Veracruz, violaciones No Comments »

María de la Luz Tesoro
Argenpress
6 de julio de 2007
Fuente: CIMAC

Debe admitirlo oficialmente ante el IFAI

La Presidencia de la República tiene que entregar una declaración oficial donde reconozca que Felipe Calderón no tenía ninguna prueba documental para afirmar que la señora Ernestina Ascencio, de Zongolica, murió por gastritis, informó el comisionado del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI) Juan Pablo Guerrero Amparan.

En síntesis, explicó el comisionado, la Presidencia tiene que admitir que se dio esa valoración sin prueba documental, mediante la entrega al solicitante de la declaración oficial de inexistencia del documento en que se basó el Ejecutivo Federal para declarar que la señora Ernestina Ascencio Rosario, murió de una gastritis crónica no atendida.

La declaración oficial será la respuesta a la solicitud de información, que con número de folio 0210000063007, un solicitante hizo llegar al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública.

La Presidencia respondió así al IFAI sobre la solicitud de ‘información en la que el c. Presidente de la República se basó para declarar que las causas de muerte de la señora Ernestina Ascensión Rosario, acontecida en la sierra de Zongolica, era una gastritis crónica no atendida (sic):

‘Después de haber realizado una búsqueda exhaustiva en los archivos de Presidencia de la República, no se ha localizado ninguna ‘información’, o documento que haga referencia a lo solicitado, por lo que la información se declara inexistente.

‘Sin otro particular, y habiendo dado cumplimiento y forma al requerimiento de información en el marco de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental quedamos de usted. Atentamente, la Unidad de Enlace’.

Las razones

Esta respuesta originó que en la sesión del pleno del IFAI, se votará hoy por unanimidad el recurso 1494/07, en el que la persona solicitante pide a la Presidencia de la República la información en la que el C. Presidente de la República se basó para declarar que las causas de la muerte de Ernestina Ascencio, ocurrida en la Sierra de Zongolica, Veracruz en febrero pasado, por una violación tumultuaria por presuntos elementos del Ejército Mexicano, era un gastritis crónica.

En entrevista, el comisionado ponente Juan Pablo Guerrero destacó que la opinión pública conoció, en principio, de qué murió la señora por una autoridad (Felipe Calderón) que no era competente, en ese momento, en la materia.

Entonces, agregó, cuando se le pregunta con qué pruebas documentales basó su declaración, ellos (Presidencia) dicen pues no hay documentos; por ende, ‘me parece que no es cualquier declaración y esa es la particularidad del caso’.

Guerrero Ampara subrayó que en la valoración que él hace del caso, como miembro del IFAI, es que en términos de la ley, ‘yo como comisionado ponente, sí me parece observar, y es de sorprender que se establezca una declaración con esa valoración sobre las causas de un trágico evento sin prueba documental’.

Durante la discusión del proyecto presentado por el comisionado ponente, causaron sorpresa, indignación y horror las declaraciones que sobre el tema hacía día con día el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, José Luis Soberanes, principalmente las declaraciones que hizo en los últimos días.

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La riqueza insultante de Carlos Slim, fruto del paraíso fiscal mexicano

July 7th, 2007 Posted in Bill Gates, empresarios, impuestos, pobreza, reforma fiscal, Tania Meza No Comments »

Tania Meza Escorza
Desde abajo
5 de julio de 2007

La ironía que significa que el presunto hombre más rico del mundo sea mexicano, significa un tópico que toca los temas de la desigualdad y la injusticia, pues México representa un paraíso fiscal para los empresarios como el dueño del mayor monopolio de las telecomunicaciones en el mundo, y un verdadero “infierno” para los pequeños contribuyentes: “En un país lleno de pobreza como lo es México no puede haber el hombre más rico del mundo”, sentenció el economista Francisco Tobal Quezada, coordinador de finanzas de la Academia Hidalguense de Educación y Derechos Humanos (ACADERH).

Pachuca, Hgo., México.- Es “insultante” que Carlos Slim se convierta en el hombre más rico del mundo cuando en México se viven estados de alta marginación, desigualdad y pobreza.

Esto fue expresado así por el economista Francisco Tobal Quezada, coordinador de finanzas de la Academia Hidalguense de Educación y Derechos Humanos (ACADERH) quien recalcó que uno de los motivos por los cuales el presidente del Grupo Carso se ha convertido en el mayor magnate en el mundo, es gracias a los altos índices de evasión fiscal que el gobierno mexicano permite a los grandes empresarios como Slim.

Y a pesar de que unos lo llaman uno de los más ricos del mundo y otros no, para Quezada es lo de menos: “El lugar que ocupe. Es insultante para la población de México donde hay mediciones que indican que hasta el 70 por ciento de la población es pobre, aunque hay otras que dicen que sólo es 60. Pero de todas formas es injusto económicamente”.

La ironía que significa que el presunto hombre más rico del mundo sea mexicano, es un tópico que toca los temas de la desigualdad y la injusticia, pues, México representa un paraíso fiscal para los empresarios como el dueño del mayor monopolio de las telecomunicaciones en el mundo –Telmex, cedido a Slim por el expresidente Carlos Salinas de Gortari-, y un verdadero “infierno” para los pequeños contribuyentes: “En un país lleno de pobreza como lo es México no puede haber el hombre más rico del mundo”, sentenció.

“La labor del gobierno es distribuir la riqueza, a través de la política fiscal; sin embargo, se da trato preferencial a los ricos como se pretende en la reforma fiscal. Y la mayor parte de ellos son grandes evasores fiscales y el gobierno debe ser estricto con ellos, como es el caso de Slim.

“Se debe acabar con el trato preferencial para los grandes empresarios y dejar de perseguir a los pequeños contribuyentes; esto es la utilización de la desigualdad y la injusticia como herramientas del estado hacia la población”.

Y los benéficos para Slim se hacen mayores gracias a la diversificación de sus inversiones –señaló Quezada-, “por eso es difícil contabilizar su riqueza”.

Y aunque se ha dicho que Slim seguirá los pasos filantrópicos del magnate de las computadoras, el estadounidense, Bill Gates, como “una estrategia para lavar un poco la mala imagen que tienen los ricos”, las aportaciones del empresario mexicano serán tan solo del 5 por ciento, por todo lo anterior “esto es muy injusto”, sentenció el economista.

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La riqueza insultante de Carlos Slim, fruto del paraíso fiscal mexicano

July 7th, 2007 Posted in Bill Gates, empresarios, impuestos, pobreza, reforma fiscal, Tania Meza No Comments »

Tania Meza Escorza
Desde abajo
5 de julio de 2007

La ironía que significa que el presunto hombre más rico del mundo sea mexicano, significa un tópico que toca los temas de la desigualdad y la injusticia, pues México representa un paraíso fiscal para los empresarios como el dueño del mayor monopolio de las telecomunicaciones en el mundo, y un verdadero “infierno” para los pequeños contribuyentes: “En un país lleno de pobreza como lo es México no puede haber el hombre más rico del mundo”, sentenció el economista Francisco Tobal Quezada, coordinador de finanzas de la Academia Hidalguense de Educación y Derechos Humanos (ACADERH).

Pachuca, Hgo., México.- Es “insultante” que Carlos Slim se convierta en el hombre más rico del mundo cuando en México se viven estados de alta marginación, desigualdad y pobreza.

Esto fue expresado así por el economista Francisco Tobal Quezada, coordinador de finanzas de la Academia Hidalguense de Educación y Derechos Humanos (ACADERH) quien recalcó que uno de los motivos por los cuales el presidente del Grupo Carso se ha convertido en el mayor magnate en el mundo, es gracias a los altos índices de evasión fiscal que el gobierno mexicano permite a los grandes empresarios como Slim.

Y a pesar de que unos lo llaman uno de los más ricos del mundo y otros no, para Quezada es lo de menos: “El lugar que ocupe. Es insultante para la población de México donde hay mediciones que indican que hasta el 70 por ciento de la población es pobre, aunque hay otras que dicen que sólo es 60. Pero de todas formas es injusto económicamente”.

La ironía que significa que el presunto hombre más rico del mundo sea mexicano, es un tópico que toca los temas de la desigualdad y la injusticia, pues, México representa un paraíso fiscal para los empresarios como el dueño del mayor monopolio de las telecomunicaciones en el mundo –Telmex, cedido a Slim por el expresidente Carlos Salinas de Gortari-, y un verdadero “infierno” para los pequeños contribuyentes: “En un país lleno de pobreza como lo es México no puede haber el hombre más rico del mundo”, sentenció.

“La labor del gobierno es distribuir la riqueza, a través de la política fiscal; sin embargo, se da trato preferencial a los ricos como se pretende en la reforma fiscal. Y la mayor parte de ellos son grandes evasores fiscales y el gobierno debe ser estricto con ellos, como es el caso de Slim.

“Se debe acabar con el trato preferencial para los grandes empresarios y dejar de perseguir a los pequeños contribuyentes; esto es la utilización de la desigualdad y la injusticia como herramientas del estado hacia la población”.

Y los benéficos para Slim se hacen mayores gracias a la diversificación de sus inversiones –señaló Quezada-, “por eso es difícil contabilizar su riqueza”.

Y aunque se ha dicho que Slim seguirá los pasos filantrópicos del magnate de las computadoras, el estadounidense, Bill Gates, como “una estrategia para lavar un poco la mala imagen que tienen los ricos”, las aportaciones del empresario mexicano serán tan solo del 5 por ciento, por todo lo anterior “esto es muy injusto”, sentenció el economista.

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Las utopías torcidas

June 22nd, 2007 Posted in drogas, historia, pobreza, Reforma No Comments »

Lorenzo Meyer
Reforma
21 de junio de 2007

Lo torcido no son las búsquedas, sino las causas que conducen a esas salidas

Propuesta

Fue durante la presentación de un libro sobre migración que Carlos Monsiváis afirmó, tan contundente como desencantado, que hoy la única utopía del mexicano común y corriente consiste en abandonar el país para irse a trabajar, como documentado o indocumentado, a Estados Unidos.

La propuesta de Monsiváis resume de un modo brutal pero efectivo la tragedia de una sociedad nacional a la que la geografía y la historia, pero sobre todo la incompetencia y la corrupción de sus dirigencias, han terminado por hacerle ver como algo normal, inevitable e incluso deseable, que anualmente entre 450 mil y 600 mil de sus ciudadanos crucen subrepticiamente una frontera cada vez más hostil, vigilada y peligrosa. La utopía del mexicano emigrante parte de una base muy legítima: de su enorme disposición a aprovechar las condiciones que supone que hay en el país del norte para aquellos dispuestos a trabajar “en lo que sea” a condición de que el esfuerzo dé los frutos a que se aspira cuando se es joven y se está dispuesto a arriesgar mucho con tal de superar las enormes limitaciones que impone un sociedad como la mexicana, donde el crecimiento económico es magro y, sobre todo, donde cada vez es más claro que sólo los pocos tienen una oportunidad real de movilidad social.

En principio, una utopía genuina es tal justamente porque no existe pero es deseable. Como se recordará, en el origen el concepto se refería a una comunidad imaginada donde sus miembros coexistían en una relación perfecta y armoniosa entre ellos y con su entorno. La Utopía, esa isla que Tomás Moro imaginó en el siglo XVI, estaba sostenida por instituciones y por políticas que eran producto puro de la razón y del altruismo. En contraste, la utopía a la que se refirió Monsiváis es una bastante diferente; no tiene nada de relación perfecta y menos justa, pero pese a estar torcida o justamente por ello, está más cerca de la realidad y, en cualquier caso, funciona en el mismo sentido que la original: su existencia en la mente de millones de mexicanos a lo largo de más de un siglo es una motivación para actuar y una acusación indirecta a un estado de cosas insatisfactorio, contrario a la promesa de las élites políticas y económicas que desarrollaron y se beneficiaron del sistema de poder que hoy impera en México.

La Revolución Mexicana (1910-1920) tuvo, en principio, un elemento de gran pacto entre dirigentes y masa, que la hizo atractiva para esta última. En efecto, la lucha se presentó como un esfuerzo colectivo por hacer de México una comunidad muy distinta a la que existía en 1910. Se trataba de modificar al país para que el grueso de sus habitantes tuviera, por fin, una oportunidad real de desarrollar sus potencialidades como ciudadanos y trabajadores. Para eso se llevó adelante la reforma agraria, se nacionalizó el petróleo, se expandió la educación y la salud públicas y se dio forma y contenido al artículo 123, etcétera.

En la práctica, entre 1911 y 1920 la revolución tuvo una consecuencia no deseada: la salida hacia Estados Unidos en condiciones difíciles y a veces desesperadas de casi 900 mil mexicanos. Una de las más grandes figuras de la antropología y arqueología mexicanas, el doctor Manuel Gamio, buscó a algunos de esos migrantes y en un par de libros publicados en 1930 y 1931, condensó una invaluable, compleja, realista y conmovedora visión de los que habían abandonado al México en llamas para buscar su quimera personal en Estados Unidos (ver la edición preparada por Devra Weber et al, El inmigrante mexicano: la historia de su vida: entrevistas completas, 1926-1927, Segob, 2002).

Gamio mostró, con las propias palabras de los migrantes, que, entonces como ahora, su abandono de México obedeció no a un rechazo de lo propio sino a la mezcla de falta de oportunidades y miedo a la violencia con la imagen de una vida en un entorno ajeno pero promisorio. Algunos de los que se fueron lograron forjarse una vida y un futuro mejores, otros no. En todo caso, el trabajo de 10 o más horas diarias en la pisca, las ladrilleras, las vías del ferrocarril, la pavimentación, la construcción, las minas, la venta ilegal de alcohol e incluso la prostitución, fue duro y no bien remunerado. Particularmente difícil resultó la negociación y la inserción en el entorno social norteamericano de la época, donde la discriminación era moneda corriente aunque no general.

Entre los migrantes que Gamio nos develó, los hubo que ante el desvanecimiento de su utopía norteamericana elaboraron una nueva: la del retorno a México. Con la Gran Depresión, ese retorno fue obligado, al menos para unos 311 mil repatriados entre 1930 y 1933. Sin embargo, la idea de crear con y para ellos colonias agrícolas en México resultó un fracaso y un buen número regresó al norte: su búsqueda pareció tornarse en algo interminable.

La Segunda Guerra Mundial y el Programa de Braceros abrieron las puertas a 300 mil trabajadores mexicanos documentados y a muchos más sin papeles. Pasada la emergencia, el acuerdo perdió vitalidad hasta desaparecer, lo que no impidió que siguiera yéndose una parte de aquéllos con deseos de romper las trabas a su condición económica. Se calcula que entre 1961 y 1970, 454 mil mexicanos se marcharon del país en busca de futuro. Para el decenio de 1981-1990, les siguió una masa que se triplicó. En los 1990, la vigilancia del gobierno norteamericano hizo ya muy difícil el cruce de los indocumentados, pero ni eso impidió que la fuga continuara; en el quinquenio 1997-2002, los que se marcharon sumaron casi 2 millones y medio.

La otra utopía

El otro sueño de salvación individual de los mexicanos de las clases populares que buscan romper el círculo de hierro en que los mantiene el haber nacido fuera de la arena de los pocos que sí prosperan, es aún más trágico: el narcotráfico.

En México, la producción y comercialización de drogas prohibidas tiene una historia un poco más reciente que la migración. En el inicio, y como en el caso de la migración, por un tiempo el narcotráfico fue un fenómeno relativamente marginal en la vida mexicana, pero desde hace cuatro decenios los volúmenes de consumo en Estados Unidos aumentaron y esa actividad se expandió hasta llegar a tener un valor final que, a nivel global y según un cálculo de Naciones Unidas, es de más de 140 mil millones de dólares anuales. Otra estimación, muy conservadora, de la Casa Blanca, supone que de ese total las redes del narcotráfico mexicano reciben el 10 por ciento, equivalente a la mitad del monto de las remesas que envían los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.

El narcotráfico como actividad es un asunto que implica no a millones sino únicamente a millares, pero sus efectos son desproporcionados. De manera aún más contundente que con los migrantes, este fenómeno aparece como una vía muy tentadora para jóvenes de origen popular, con pocas posibilidades de mejorar su condición original, pero con una determinación digna de mejor causa. Es en ese mundo ilegal donde buscan lograr un reconocimiento y una riqueza que ninguna otra actividad les puede ofrecer. El costo es altísimo, pero todo indica que sobran los dispuestos a pagarlo.

La utopía del narco queda perfectamente registrada en sus corridos. En Clave privada la lógica es impecable: “ya mucho tiempo fui pobre/ mucha gente me ha humillado/ empecé a ganar billetes/ las cosas están volteadas/ ahora me llaman patrón/ tengo mi clave privada”.

Reflexión

Es difícil, por no decir imposible, negar el aserto de Monsiváis. Con o sin documentos, salir hacia Estados Unidos para, mediante el trabajo a brazo partido, darle un nuevo significado a la vida, es hoy la dura pero razonable y única utopía de millones de mexicanos. Sin embargo, la elección más radical, y la más torcida, es la que han hecho los “Chapo” Guzmán de este nuestro mundo: la que ofrecen el narcotráfico y la violencia. Este camino demanda un precio altísimo para quien lo toma, pues significa chocar de frente en guerra sin cuartel no sólo con la estructura de poder nacional sino con la norteamericana, es decir, con la más fuerte del planeta.

Las utopías tergiversadas que hoy despiertan la imaginación de los mexicanos no son más que otros tantos reflejos y respuestas a unas realidades internas y externas aún más torcidas. Para superarlas, se necesitaría retornar a la esperanza colectiva, pero no sólo mediante el discurso oficial -ése es muy barato- sino a través de cambios efectivos en las injustas realidades económicas, sociales, políticas y jurídicas, pero los intereses creados son enormes, y es justamente ahí donde radica lo desesperante de la situación.

Original post by Eratóstenes Horamarcada

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Las utopías torcidas

June 22nd, 2007 Posted in Chapo-Guzman, drogas, historia, pobreza, Reforma No Comments »

Lorenzo Meyer
Reforma
21 de junio de 2007

Lo torcido no son las búsquedas, sino las causas que conducen a esas salidas

Propuesta

Fue durante la presentación de un libro sobre migración que Carlos Monsiváis afirmó, tan contundente como desencantado, que hoy la única utopía del mexicano común y corriente consiste en abandonar el país para irse a trabajar, como documentado o indocumentado, a Estados Unidos.

La propuesta de Monsiváis resume de un modo brutal pero efectivo la tragedia de una sociedad nacional a la que la geografía y la historia, pero sobre todo la incompetencia y la corrupción de sus dirigencias, han terminado por hacerle ver como algo normal, inevitable e incluso deseable, que anualmente entre 450 mil y 600 mil de sus ciudadanos crucen subrepticiamente una frontera cada vez más hostil, vigilada y peligrosa. La utopía del mexicano emigrante parte de una base muy legítima: de su enorme disposición a aprovechar las condiciones que supone que hay en el país del norte para aquellos dispuestos a trabajar “en lo que sea” a condición de que el esfuerzo dé los frutos a que se aspira cuando se es joven y se está dispuesto a arriesgar mucho con tal de superar las enormes limitaciones que impone un sociedad como la mexicana, donde el crecimiento económico es magro y, sobre todo, donde cada vez es más claro que sólo los pocos tienen una oportunidad real de movilidad social.

En principio, una utopía genuina es tal justamente porque no existe pero es deseable. Como se recordará, en el origen el concepto se refería a una comunidad imaginada donde sus miembros coexistían en una relación perfecta y armoniosa entre ellos y con su entorno. La Utopía, esa isla que Tomás Moro imaginó en el siglo XVI, estaba sostenida por instituciones y por políticas que eran producto puro de la razón y del altruismo. En contraste, la utopía a la que se refirió Monsiváis es una bastante diferente; no tiene nada de relación perfecta y menos justa, pero pese a estar torcida o justamente por ello, está más cerca de la realidad y, en cualquier caso, funciona en el mismo sentido que la original: su existencia en la mente de millones de mexicanos a lo largo de más de un siglo es una motivación para actuar y una acusación indirecta a un estado de cosas insatisfactorio, contrario a la promesa de las élites políticas y económicas que desarrollaron y se beneficiaron del sistema de poder que hoy impera en México.

La Revolución Mexicana (1910-1920) tuvo, en principio, un elemento de gran pacto entre dirigentes y masa, que la hizo atractiva para esta última. En efecto, la lucha se presentó como un esfuerzo colectivo por hacer de México una comunidad muy distinta a la que existía en 1910. Se trataba de modificar al país para que el grueso de sus habitantes tuviera, por fin, una oportunidad real de desarrollar sus potencialidades como ciudadanos y trabajadores. Para eso se llevó adelante la reforma agraria, se nacionalizó el petróleo, se expandió la educación y la salud públicas y se dio forma y contenido al artículo 123, etcétera.

En la práctica, entre 1911 y 1920 la revolución tuvo una consecuencia no deseada: la salida hacia Estados Unidos en condiciones difíciles y a veces desesperadas de casi 900 mil mexicanos. Una de las más grandes figuras de la antropología y arqueología mexicanas, el doctor Manuel Gamio, buscó a algunos de esos migrantes y en un par de libros publicados en 1930 y 1931, condensó una invaluable, compleja, realista y conmovedora visión de los que habían abandonado al México en llamas para buscar su quimera personal en Estados Unidos (ver la edición preparada por Devra Weber et al, El inmigrante mexicano: la historia de su vida: entrevistas completas, 1926-1927, Segob, 2002).

Gamio mostró, con las propias palabras de los migrantes, que, entonces como ahora, su abandono de México obedeció no a un rechazo de lo propio sino a la mezcla de falta de oportunidades y miedo a la violencia con la imagen de una vida en un entorno ajeno pero promisorio. Algunos de los que se fueron lograron forjarse una vida y un futuro mejores, otros no. En todo caso, el trabajo de 10 o más horas diarias en la pisca, las ladrilleras, las vías del ferrocarril, la pavimentación, la construcción, las minas, la venta ilegal de alcohol e incluso la prostitución, fue duro y no bien remunerado. Particularmente difícil resultó la negociación y la inserción en el entorno social norteamericano de la época, donde la discriminación era moneda corriente aunque no general.

Entre los migrantes que Gamio nos develó, los hubo que ante el desvanecimiento de su utopía norteamericana elaboraron una nueva: la del retorno a México. Con la Gran Depresión, ese retorno fue obligado, al menos para unos 311 mil repatriados entre 1930 y 1933. Sin embargo, la idea de crear con y para ellos colonias agrícolas en México resultó un fracaso y un buen número regresó al norte: su búsqueda pareció tornarse en algo interminable.

La Segunda Guerra Mundial y el Programa de Braceros abrieron las puertas a 300 mil trabajadores mexicanos documentados y a muchos más sin papeles. Pasada la emergencia, el acuerdo perdió vitalidad hasta desaparecer, lo que no impidió que siguiera yéndose una parte de aquéllos con deseos de romper las trabas a su condición económica. Se calcula que entre 1961 y 1970, 454 mil mexicanos se marcharon del país en busca de futuro. Para el decenio de 1981-1990, les siguió una masa que se triplicó. En los 1990, la vigilancia del gobierno norteamericano hizo ya muy difícil el cruce de los indocumentados, pero ni eso impidió que la fuga continuara; en el quinquenio 1997-2002, los que se marcharon sumaron casi 2 millones y medio.

La otra utopía

El otro sueño de salvación individual de los mexicanos de las clases populares que buscan romper el círculo de hierro en que los mantiene el haber nacido fuera de la arena de los pocos que sí prosperan, es aún más trágico: el narcotráfico.

En México, la producción y comercialización de drogas prohibidas tiene una historia un poco más reciente que la migración. En el inicio, y como en el caso de la migración, por un tiempo el narcotráfico fue un fenómeno relativamente marginal en la vida mexicana, pero desde hace cuatro decenios los volúmenes de consumo en Estados Unidos aumentaron y esa actividad se expandió hasta llegar a tener un valor final que, a nivel global y según un cálculo de Naciones Unidas, es de más de 140 mil millones de dólares anuales. Otra estimación, muy conservadora, de la Casa Blanca, supone que de ese total las redes del narcotráfico mexicano reciben el 10 por ciento, equivalente a la mitad del monto de las remesas que envían los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.

El narcotráfico como actividad es un asunto que implica no a millones sino únicamente a millares, pero sus efectos son desproporcionados. De manera aún más contundente que con los migrantes, este fenómeno aparece como una vía muy tentadora para jóvenes de origen popular, con pocas posibilidades de mejorar su condición original, pero con una determinación digna de mejor causa. Es en ese mundo ilegal donde buscan lograr un reconocimiento y una riqueza que ninguna otra actividad les puede ofrecer. El costo es altísimo, pero todo indica que sobran los dispuestos a pagarlo.

La utopía del narco queda perfectamente registrada en sus corridos. En Clave privada la lógica es impecable: “ya mucho tiempo fui pobre/ mucha gente me ha humillado/ empecé a ganar billetes/ las cosas están volteadas/ ahora me llaman patrón/ tengo mi clave privada”.

Reflexión

Es difícil, por no decir imposible, negar el aserto de Monsiváis. Con o sin documentos, salir hacia Estados Unidos para, mediante el trabajo a brazo partido, darle un nuevo significado a la vida, es hoy la dura pero razonable y única utopía de millones de mexicanos. Sin embargo, la elección más radical, y la más torcida, es la que han hecho los “Chapo” Guzmán de este nuestro mundo: la que ofrecen el narcotráfico y la violencia. Este camino demanda un precio altísimo para quien lo toma, pues significa chocar de frente en guerra sin cuartel no sólo con la estructura de poder nacional sino con la norteamericana, es decir, con la más fuerte del planeta.

Las utopías tergiversadas que hoy despiertan la imaginación de los mexicanos no son más que otros tantos reflejos y respuestas a unas realidades internas y externas aún más torcidas. Para superarlas, se necesitaría retornar a la esperanza colectiva, pero no sólo mediante el discurso oficial -ése es muy barato- sino a través de cambios efectivos en las injustas realidades económicas, sociales, políticas y jurídicas, pero los intereses creados son enormes, y es justamente ahí donde radica lo desesperante de la situación.

Original post by Eratóstenes Horamarcada

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