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Aristegui, la censura corporativa

January 12th, 2008 Posted in Carmen Aristegui, Felipe Calderon, Jenaro Villamil No Comments »

Jenaro Villamil
Proceso
8 de enero de 2008

Carmen Aristegui; foto: Miguel Dimayuga

México, D.F. (apro).- Desde el sexenio pasado, la censura tomó argumentos peculiares para justificar los cierres de espacios informativos y de libertad de expresión. La censura contra Carmen Aristegui constituye el caso más ofensivo de este nuevo estilo que tomó carta de naturalización desde el Chiquihuitazo contra Canal 40: la censura corporativa, resultado de una plena identificación entre la tentación de control de la opinión pública por parte del gobierno y los grupos de poder ideológico, empresarial y político y el alto nivel de concentración en los medios electrónicos, el pegamento que explica la impunidad de estos casos.

Un simple repaso por los casos más recientes y emblemáticos nos da el perfil de esta censura corporativa:

1.- “Problemas entre particulares”, afirmaron las autoridades de las secretarías de Comunicaciones y Transportes y Gobernación cuando un comando armado de Televisión Azteca decidió suspender la señal de Canal 40, bajo el pretexto de una deuda de 25 millones de dólares que Javier Moreno Valle no le pagó a Ricardo Salinas Pliego.

“¿Y yo por qué?”, fue la famosa frase de Vicente Fox en enero de 2003 para deslindarse del asunto. La complicidad con Los Pinos era obvia: nadie sin el consentimiento de la fuerza pública llega a cortar la señal de una concesión de un medio electrónico, en franca violación a la Ley General de Vías de Comunicación.

Sorprende que ahora el periodista Ciro Gómez Leyva considere que el Chiquihuitazo no fue un caso de censura. El exconductor de lo que fue uno de los noticiarios más frescos y polémicos de la televisión, ahora se compró el argumento corporativo: fue un problema de deudas, no de cierre de espacios informativos. ¿Ya se olvidó del boicot publicitario de los Legionarios al Canal 40, de la incomodidad de Martha Sahagún con el noticiario, del boicot publicitario? ¿No fue censura que Televisión Azteca se apropiara a la mala de una concesión que no le pertenece?

2.- “Boicot publicitario” acusó José Gutiérrez Vivó, el director y dueño de Monitor cuando interrumpió la señal de su emblemático noticiero radiofónico a mediados del año pasado. En entrevista con Proceso, Gutiérrez Vivó también rememoró una frase que provino del jefe de Comunicación Social de Felipe Calderón, Max Cortázar: “Se les dará publicidad cuando se porten bien”.

Algo similar ha justificado por décadas boicots publicitarios a medios incómodos para el poder como Proceso, Diario de Yucatán, La Jornada o El Norte. Lo singular en el caso de Gutiérrez Vivó fue la acción coordinada de los anunciantes privados y de la publicidad pública, para asfixiar a una estación.

Una y otra vez los efímeros defensores de la libertad de expresión justificaron la salida de Gutiérrez Vivó, argumentando el flanco débil de su caso: son problemas por deudas con Radio Centro, fue un “mal administrador” y, el gran pecado original de este sexenio: le dio “demasiado espacio” a Andrés Manuel López Obrador.

3.- Ahora, el espacio informativo conducido por Carmen Aristegui es cancelado bajo el eufemismo de un “nuevo modelo editorial” que Prisa y Televisa quieren imponer en W Radio y que no compagina con el periodismo que durante cinco años realizó Aristegui, respaldado con credibilidad y altos índices de audiencia.

La explicación de W Radio no deja lugar a dudas de que se trató no de una simple “incompatibilidad editorial”, sino de una incomodidad corporativa de la empresa frente a una periodista que supo hacer su trabajo y ganar un reconocimiento generalizado a su profesionalismo:

“La decisión se enmarca dentro de un proceso de renovación, actualización y expansión en el que está inmersa la W, que se refleja también en otros cambios en la parrilla (sic), que hemos realizado en los últimos meses”.

Esos “cambios en la parrilla” tuvieron un corolario bastante grave: eliminar el espacio más plural, de mayor rating y que convirtió a la W en un referente noticioso después de años de vivir en el letargo y la superficialidad mediática.

Imaginemos la reacción de un periodista como Iñaki Gabilondo, quizá el más emblemático de los noticiarios radiofónicos de Grupo Prisa en España, con un razonamiento similar. ¿Sacrificaría el consorcio editor de El País a su periodista con mayor credibilidad para que respetara un “nuevo modelo de organización y trabajo” y sus “cambios en la parrilla”?

Para nadie era un secreto la incomodidad y la molestia del gobierno de Calderón, de la jerarquía eclesiástica, de los propios corporativos mediáticos –en especial, de Televisa– contra Carmen Aristegui. Era incómoda para el establishment porque todo buen periodista es incómodo cuando se dedica a informar lo que la censura quiere que no se ventile.

Extraoficialmente, uno de los “pecados” de Aristegui fue haber entrevistado ¡dos veces a López Obrador en un año! En otras palabras, no se unió a una pretensión de uniformidad informativa y de odio acrecentado contra “el peligro para México” que domina en los espacios radiofónicos y televisivos.

El grave problema para quienes buscan reducir la expulsión de Carmen Aristegui a un simple desacuerdo laboral, es que ella cuenta con un capital social enorme del cual carecen Televisa, Prisa y el gobierno de Calderón: la credibilidad.

El otro problema es que, a diferencia de los casos de Canal 40 y de Gutiérrez Vivó, Aristegui no es empresaria, ni concesionaria ni tiene intereses corporativos que la vuelvan vulnerable a los pactos corporativos. Es la dueña del único capital que un periodista tiene para defenderse: su trayectoria, su profesionalismo y un carisma que ahora se demuestra en miles de cartas y de correos electrónicos de apoyo y en protesta por su salida.

Si imponerle el silencio a una periodista que sobrevivió a los intereses de estos tiburones mediáticos y a un gobierno incómodo con la crítica no es censura, entonces el cinismo se ha vuelto la moneda de cambio de estos malos tiempos para la libertad de expresión.

jenarovi@yahoo.com.mx

Original post by Eratóstenes Horamarcada

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El cierre de Monitor y el síndrome de Poncio Pilatos

July 4th, 2007 Posted in Jenaro Villamil No Comments »

Jenaro Villamil
Proceso
4 de julio de 2007

México, D.F., 3 de julio (apro).- “Se nos murió Monitor, estamos tristes… Que el destino le cobre la cuenta a cada quien por lo que ha hecho”. Con estas palabras, el periodista José Gutiérrez Vivó remató a las 10:00 de la mañana del 29 de junio un total de 41 mil 100 emisiones de su programa radiofónico con 33 años de historia y se convirtió así en el primer medio de comunicación que desaparece en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
José Gutiérrez Vivó. Foto: Germán Canseco.

Un día después, Calderón Hinojosa, ante la insistencia de los reporteros, negó que su gobierno estuviera involucrado en el cierre de Monitor. Incluso, dijo que había hecho todo lo posible para que se resolviera el litigio que mantiene con el Grupo Radio Centro.

Sin embargo, no expresó ningún compromiso con su administración por apoyar con publicidad o, mínimo, en alguno de los espacios de la radio pública, para que continuara el programa de Gutiérrez Vivó. Simplemente, trató de librarse del golpe.

A la indignación de miles de radioescuchas que seguían con fidelidad a Monitor y a la desazón de los trabajadores de los medios de comunicación que ven en esta situación un signo ominoso de los “tiempos calderonistas”, se suma la conjura del silencio de las dos televisoras más importantes (Televisa y TV Azteca) en torno a este hecho. La indignación que mostraron por el acto arbitrario con que Hugo Chávez acabo con Radio Caracas Televisión (RCTV) en Venezuela, no se tradujo en un mínimo gesto de solidaridad y de condena a uno de los espacios radiofónicos más emblemáticos en las últimas tres décadas en México.

No pocas voces susurraron que Gutiérrez Vivó se lo tenía merecido por “haberse vuelto lopezobradorista”, como si adoptar una posición editorial fuera razón suficiente para justificar boicots publicitarios y para que la justicia mexicana pasara por alto el laudo de la Corte Internacional de Comercio con sede en París que claramente le dio la razón al empresario y periodista de Inforred en su litigio contra Grupo Radio Centro. Cuando los prejuicios pueden más que los principios, estamos realmente en un clima de silenciamiento sumamente preocupante. Y esto es una herencia directa del foxismo.

Desde meses antes, Gutiérrez Vivó había acusado al gobierno de Vicente Fox de haber ordenado una campaña de boicot publicitario en contra de Monitor y extendió su acusación en contra de los responsables de comunicación del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.

El 6 de diciembre de 2006, al recibir el Premio Nacional de Periodismo que otorga el Club de Periodistas, el director general de Grupo Monitor relató que recibió un mensaje de Max Cortázar, jefe de Comunicación Social de Felipe Calderón, quien le advirtió: “Están castigados. Vamos a ver cómo se comportan. Si quieren difundir nuestra información bien, si no, también.”

En entrevista con Proceso, Gutiérrez Vivó reiteró que las presiones para sacarlo de la frecuencia 102.5 de FM, para evitar que Grupo Radio Centro le pagara poco más de 21 millones de dólares fue producto de un acto de censura del gobierno de Fox.

“¿Cómo se le hace para sacar del aire a alguien? ¿Cómo se le hace para no pagarle una indemnización que se le pagaría hasta el más humilde? Se hace con el favor del poder. Entonces, creo que está muy claro que Vicente Fox, y lo digo con toda conciencia, es un antidemócrata que es capaz de acallar medios de comunicación con hechos concretos. Y nosotros somos un hecho concreto”, afirmó Gutiérrez Vivó.

También acusó la existencia de “agujeros negros” en el circuito de la justicia mexicana que le han permitido al Grupo Radio Centro evitar pagarle los 21 millones de dólares ordenados en el laudo de la Cámara Internacional de Comercio de París.

Seis meses después, en su última emisión en las frecuencias 1320 y 1520 de AM, informó que se veía obligado a culminar con su noticiario radiofónico y con sus transmisiones televisivas en el canal 52, de Multivisión, porque “la publicidad no llega y no llega porque hay indicaciones de que no llegue. Es un boicot económico”.

Apenas unas horas antes de que Gutiérrez Vivó anunciara que así culminaban 33 años de un noticiario que marcó un estilo en la radio mexicana, el presidente Felipe Calderón presumía que en su gobierno existe libertad de expresión, pero que se debe lograr “un balance entre libertad de expresión y responsabilidad, un balance de independencia, de libertad y de apertura”.

Flanqueado por los concesionarios de Televisa, TV Azteca y Multivisión, Calderón presumió durante la entrega del premio “Principios” a los mejores contenidos de radio y televisión que en el país se había reducido “el clima de crispación y rencor que fue sembrado e inoculado en un segmento de la población”.

Sin embargo, hasta el viernes 29 de junio la oficina de Comunicación Social de la Presidencia no había emitido ninguna reacción ante el cierre de Monitor, pionero en las mesas de análisis político y en el concepto de la “red vial”. Fue un día después que Calderón reaccionó con la estrategia de Poncio Pilatos. Se lavó las manos y evadió la responsabilidad de apoyar a un espacio informativo plural que representa fuentes de empleo para muchos profesionales de la radio.

Un comunicado enviado por el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) advirtió que “el cierre del espacio radiofónico es un triunfo para los grandes grupos políticos y económicos, que acaparan las frecuencias radiofónicas atendiendo sus intereses, haciendo a un lado el fin primordial de un medio de comunicación que es informar objetiva e imparcialmente con respeto del derecho constitucional de libre expresión”.

“Caro pagó Gutiérrez Vivó el desafío a la ‘pareja presidencial’, que vinculaba a la estación con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y que intentó acallar a la radioemisora, violentando desde el poder el derecho a informar y ser informado”, subrayó el Cencos.

En la mayoría de los espacios radiofónicos matutinos y vespertinos de todo el país se expresaron muestras de solidaridad y de preocupación por el cierre de Monitor, pero la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión, el organismo cúpula de los concesionarios no había emitido ninguna reacción.

–¿Qué tanto influye en la situación de Monitor la recomposición de los grupos mediáticos a partir de la convergencia tecnológica y de la Ley Televisa? –se le preguntó a Gutiérrez Vivó en el Club de Periodistas en diciembre pasado.

–Eso es muy importante. Recordemos que parte del convenio era eliminar a los medios incómodos para ellos, no para la sociedad, y entonces, para hacerlo, creo que si uno revisa la ley, sólo tendrán acceso en momentos por venir un grupo que tendrá el capital y los contactos, y también la docilidad necesaria para servir a un solo hombre y no servir a los 105 millones de mexicanos, para servir a ese hombre como se sirve a un amigo.

Sobre su relación con Felipe Calderón, Gutiérrez Vivó recordó en ese entonces que durante el último día de campaña, el entonces candidato presidencial del PAN pidió asistir a Monitor. Antes de entrar a la cabina, con un café en la mano, Calderón le dijo: “estoy aquí contrario a lo que mis asesores me dijeron”.

“¿Por qué?, le pregunté. ‘Porque me dijeron que no viniera. Pero como sé quiénes son ustedes y los escucho desde los once años, aquí estoy’, respondió.”

Para Gutiérrez Vivó estaba muy claro lo que sucedía y advirtió que Calderón aún estaba a tiempo de que “lo conviertan en rehén de interés de no se quién o de quiénes porque ni siquiera llegamos en Monitor a la categoría de enemigos del presidente de la República”.

Por lo visto, estos intereses pueden aún más que la voluntad y la aspiración de sostener un clima de libertad de expresión.

Es un signo ominoso el cierre de Monitor, pero más preocupante es la conjura del silencio que hace invisible lo que en otras partes del mundo es señalado como un pésimo expediente para el derecho a la información.

Email: jenarovi@yahoo.com.mx

Original post by Eratóstenes Horamarcada

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El cierre de Monitor y el síndrome de Poncio Pilatos

July 4th, 2007 Posted in Jenaro Villamil No Comments »

Jenaro Villamil
Proceso
4 de julio de 2007

México, D.F., 3 de julio (apro).- “Se nos murió Monitor, estamos tristes… Que el destino le cobre la cuenta a cada quien por lo que ha hecho”. Con estas palabras, el periodista José Gutiérrez Vivó remató a las 10:00 de la mañana del 29 de junio un total de 41 mil 100 emisiones de su programa radiofónico con 33 años de historia y se convirtió así en el primer medio de comunicación que desaparece en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
José Gutiérrez Vivó. Foto: Germán Canseco.

Un día después, Calderón Hinojosa, ante la insistencia de los reporteros, negó que su gobierno estuviera involucrado en el cierre de Monitor. Incluso, dijo que había hecho todo lo posible para que se resolviera el litigio que mantiene con el Grupo Radio Centro.

Sin embargo, no expresó ningún compromiso con su administración por apoyar con publicidad o, mínimo, en alguno de los espacios de la radio pública, para que continuara el programa de Gutiérrez Vivó. Simplemente, trató de librarse del golpe.

A la indignación de miles de radioescuchas que seguían con fidelidad a Monitor y a la desazón de los trabajadores de los medios de comunicación que ven en esta situación un signo ominoso de los “tiempos calderonistas”, se suma la conjura del silencio de las dos televisoras más importantes (Televisa y TV Azteca) en torno a este hecho. La indignación que mostraron por el acto arbitrario con que Hugo Chávez acabo con Radio Caracas Televisión (RCTV) en Venezuela, no se tradujo en un mínimo gesto de solidaridad y de condena a uno de los espacios radiofónicos más emblemáticos en las últimas tres décadas en México.

No pocas voces susurraron que Gutiérrez Vivó se lo tenía merecido por “haberse vuelto lopezobradorista”, como si adoptar una posición editorial fuera razón suficiente para justificar boicots publicitarios y para que la justicia mexicana pasara por alto el laudo de la Corte Internacional de Comercio con sede en París que claramente le dio la razón al empresario y periodista de Inforred en su litigio contra Grupo Radio Centro. Cuando los prejuicios pueden más que los principios, estamos realmente en un clima de silenciamiento sumamente preocupante. Y esto es una herencia directa del foxismo.

Desde meses antes, Gutiérrez Vivó había acusado al gobierno de Vicente Fox de haber ordenado una campaña de boicot publicitario en contra de Monitor y extendió su acusación en contra de los responsables de comunicación del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.

El 6 de diciembre de 2006, al recibir el Premio Nacional de Periodismo que otorga el Club de Periodistas, el director general de Grupo Monitor relató que recibió un mensaje de Max Cortázar, jefe de Comunicación Social de Felipe Calderón, quien le advirtió: “Están castigados. Vamos a ver cómo se comportan. Si quieren difundir nuestra información bien, si no, también.”

En entrevista con Proceso, Gutiérrez Vivó reiteró que las presiones para sacarlo de la frecuencia 102.5 de FM, para evitar que Grupo Radio Centro le pagara poco más de 21 millones de dólares fue producto de un acto de censura del gobierno de Fox.

“¿Cómo se le hace para sacar del aire a alguien? ¿Cómo se le hace para no pagarle una indemnización que se le pagaría hasta el más humilde? Se hace con el favor del poder. Entonces, creo que está muy claro que Vicente Fox, y lo digo con toda conciencia, es un antidemócrata que es capaz de acallar medios de comunicación con hechos concretos. Y nosotros somos un hecho concreto”, afirmó Gutiérrez Vivó.

También acusó la existencia de “agujeros negros” en el circuito de la justicia mexicana que le han permitido al Grupo Radio Centro evitar pagarle los 21 millones de dólares ordenados en el laudo de la Cámara Internacional de Comercio de París.

Seis meses después, en su última emisión en las frecuencias 1320 y 1520 de AM, informó que se veía obligado a culminar con su noticiario radiofónico y con sus transmisiones televisivas en el canal 52, de Multivisión, porque “la publicidad no llega y no llega porque hay indicaciones de que no llegue. Es un boicot económico”.

Apenas unas horas antes de que Gutiérrez Vivó anunciara que así culminaban 33 años de un noticiario que marcó un estilo en la radio mexicana, el presidente Felipe Calderón presumía que en su gobierno existe libertad de expresión, pero que se debe lograr “un balance entre libertad de expresión y responsabilidad, un balance de independencia, de libertad y de apertura”.

Flanqueado por los concesionarios de Televisa, TV Azteca y Multivisión, Calderón presumió durante la entrega del premio “Principios” a los mejores contenidos de radio y televisión que en el país se había reducido “el clima de crispación y rencor que fue sembrado e inoculado en un segmento de la población”.

Sin embargo, hasta el viernes 29 de junio la oficina de Comunicación Social de la Presidencia no había emitido ninguna reacción ante el cierre de Monitor, pionero en las mesas de análisis político y en el concepto de la “red vial”. Fue un día después que Calderón reaccionó con la estrategia de Poncio Pilatos. Se lavó las manos y evadió la responsabilidad de apoyar a un espacio informativo plural que representa fuentes de empleo para muchos profesionales de la radio.

Un comunicado enviado por el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) advirtió que “el cierre del espacio radiofónico es un triunfo para los grandes grupos políticos y económicos, que acaparan las frecuencias radiofónicas atendiendo sus intereses, haciendo a un lado el fin primordial de un medio de comunicación que es informar objetiva e imparcialmente con respeto del derecho constitucional de libre expresión”.

“Caro pagó Gutiérrez Vivó el desafío a la ‘pareja presidencial’, que vinculaba a la estación con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y que intentó acallar a la radioemisora, violentando desde el poder el derecho a informar y ser informado”, subrayó el Cencos.

En la mayoría de los espacios radiofónicos matutinos y vespertinos de todo el país se expresaron muestras de solidaridad y de preocupación por el cierre de Monitor, pero la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión, el organismo cúpula de los concesionarios no había emitido ninguna reacción.

–¿Qué tanto influye en la situación de Monitor la recomposición de los grupos mediáticos a partir de la convergencia tecnológica y de la Ley Televisa? –se le preguntó a Gutiérrez Vivó en el Club de Periodistas en diciembre pasado.

–Eso es muy importante. Recordemos que parte del convenio era eliminar a los medios incómodos para ellos, no para la sociedad, y entonces, para hacerlo, creo que si uno revisa la ley, sólo tendrán acceso en momentos por venir un grupo que tendrá el capital y los contactos, y también la docilidad necesaria para servir a un solo hombre y no servir a los 105 millones de mexicanos, para servir a ese hombre como se sirve a un amigo.

Sobre su relación con Felipe Calderón, Gutiérrez Vivó recordó en ese entonces que durante el último día de campaña, el entonces candidato presidencial del PAN pidió asistir a Monitor. Antes de entrar a la cabina, con un café en la mano, Calderón le dijo: “estoy aquí contrario a lo que mis asesores me dijeron”.

“¿Por qué?, le pregunté. ‘Porque me dijeron que no viniera. Pero como sé quiénes son ustedes y los escucho desde los once años, aquí estoy’, respondió.”

Para Gutiérrez Vivó estaba muy claro lo que sucedía y advirtió que Calderón aún estaba a tiempo de que “lo conviertan en rehén de interés de no se quién o de quiénes porque ni siquiera llegamos en Monitor a la categoría de enemigos del presidente de la República”.

Por lo visto, estos intereses pueden aún más que la voluntad y la aspiración de sostener un clima de libertad de expresión.

Es un signo ominoso el cierre de Monitor, pero más preocupante es la conjura del silencio que hace invisible lo que en otras partes del mundo es señalado como un pésimo expediente para el derecho a la información.

Email: jenarovi@yahoo.com.mx

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