Tragando… ¿en el metro?
Simplemente me caga. No entiendo como la gente no se espera para comer en su casa o, en su defecto, en alguna lonchería, taquería o puesto de tortas.
En realidad no me explico por qué en el transporte se les ocurre echarse su lunch. Gran parte de mi vida he viajado en metro y microbús (y es en el mero es donde más la gente muestra sus dones chupadedos después de haber agarrado los pinches tubos que agarran mujeres, niños mocosos, mariguanos, ebrios, hombres, enfermos etc etc).
He visto comer de todo: chicles, papas, galletas, chicharrones, tamales, elotes, salchichas, tortas e incluso presencié como una familia comía un pollo rostizado en la parte trasera de la combi. De todos estos suculentos platillos, los más apestosos (y los que más me dan asco) son los esquites y las tortas con “harta cebolla y Chile”.
Me es muy desagradable ver a la gente masticar su torta con la boca abierta o escucharlos sorber el caldo caliente de los esquites. Lo peor sucede cuando la gente va a descender.
El ritual es el siguiente: muerde su comida (pollo, salchichas, pescuezos o torta) la guarda en su bolsa de papel estraza, se limpia la grasa en su bolsa de estraza (en muchas de las ocasiones en su ropa), se suben el moco (en caso de estar enchilados) y, con las manos aún llenas de grasa y baba agarran sus monedas y se atreven a abrir su apestosa boca y decir: “me pasa un, bajo aquí”.
Original post by Hec
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