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Pues creo que ahora sí es oficial.

Y es que creo que uno es parte de un lugar de trabajo hasta que recibe su primera cuenta de sal, y ayer la recibí (claro sin toda la sal que se quedan para que mi vecina la diputada tenga chofercito del estado a la puerta, aunque tenga un MiniCooper ahí estacionadito… muy limpiecito).

Pues decía, ahora sí ya es oficial mi cambio de chamba. Para aquellos no enterados, les cuento que renuncié a mi fase arquitectónica-comercial-ruleteril, para dedicarme profesionalmente a lo que me he dedicado por puro gusto durante toda mi vida: a ver películas.

Mi nuevo trabajo va de subtitular películas y programas de televisión, y la verdad es que me siento de poca madre. Me gusta lo que voy a hacer, me gusta el lugar donde lo voy a hacer (aunque ahora que se descompusó el aire acondicionado, oliera a pollos de KFC) y me gusta la gente con lo que lo voy a hacer. Aquí se habla películas, música, televisión o libros y no de precios, planos, laminados o facturas. Esta tan cool pues, que el dueño del changarro es Bono (sí, sí, el que dice: UNS, DOS, TRES… CATORSHE).

Después de urbanista en la Merced, teacher en una prepa, remodelador en Oaxaca y Zacatecas, proyectista de ingenieria hidraúlica, realtor de medio tiempo y asesor de proyectos de oficina; creo que ya me lo merecía ¿o no?