Heath Ledger: Una vida discreta, una muerte pública
“¿Era muy viejo?”, preguntó un niño de unos seis años mientras trataba de mantener el balance sobre su patineta. “No, murió antes de tiempo”, contestó su madre, mientras ojeaba unas tarjetas dejadas junto a decenas de ramos de flores. El de la pérdida demasiado pronto de un gran talento, parecía ser el sentimiento común frente al lugar donde vivió sus últimos días Heath Ledger.El altar improvisado en la puerta del edificio de Soho, en Nueva York, donde el martes fue encontrado el cuerpo sin vida del actor australiano de 28 años, seguía atrayendo este fin de semana seguidores y dolientes, pese a la temperatura de varios grados bajo cero.
Tarjetas, notas y dedicatorias se han ido acumulando junto a ramos de flores, veladoras y banderas de Australia. “Heath, que tengas un buen descanso”, decía una cartelera decorada con fotos del actor. “Siempre estaremos orgulloso de ti, amigo”, decía otra nota.
Los canales de televisión seguían haciendo vigilia en los alrededores a la espera de reportar, con la fachada del apartamento de fondo, alguna novedad sobre las causas del fallecimiento.
Unas 80 cuadras al norte de Manhattan, un grupo de periodistas, paparazzi y seguidores estaban pendientes de lo que sucedía en la funeraria. Finalmente el cadáver fue sacado, en medio de una barricada policial, en la tarde del viernes, pero a esa hora los detalles de los funerales aún eran un misterio.En el barrio de Boerum Hill, en Brooklyn, donde hasta septiembre pasado el actor vivió con su novia Michelle Williams y la hija de la pareja, Matilda, de dos años, la policía tuvo que poner barricadas para mantener a raya a fotógrafos y curiosos.
No hay duda de que Ledger dejó una duradera impresión en muchos, gracias a su capacidad de perderse por completo en la piel de sus personajes, el más memorable el de Ennis Del Mar, el vaquero que renuentemente descubre su homosexualidad en “Secreto en la montaña” y por el cual fue nominado al premio Oscar y donde aparece en picantes escenas totalmente desnudo.
Sin embargo, la desmedida atención de la prensa alrededor de su muerte y las misteriosas circunstancias que la rodearon contrasta con la vida relativamente discreta que el actor llevó desde que se mudó a Nueva York hace poco menos de 3 años.
Sin pretensión alguna
En Brooklyn, donde se estableció en 2005 con Williams, se le veía jugando con su hija en el andén, comiendo empanadas argentinas o almorzando en el restaurante italiano del barrio sin pretensión alguna, pese a pertenecer a la elite de Hollywood gracias a su participación en producciones como The Patriot, con Mel Gibson, Monster’s Ball y la última instalación de Batman, entre otras. Su esfuerzo por mantener un perfil bajo fue retribuido por sus vecinos con la cortesía de dejarlo en paz. “Me encanta el sentido de comunidad, mis vecinos, la cafetería de la esquina. Hay tanta gente en las calles que nadie se queda mirando cuando uno paso por el lado”, dijo el actor en 2006 al periódico local amNew York.Las pocas veces que se convirtió en centro de atención de sus vecinos fue cuando prestó su casa para una jornada de recaudación de fondos destinados a combatir planes de desarrollo que atentaban contra la “la arquitectura y personalidad del Brooklyn”.
Incluso cuando en septiembre pasado se separó de Williams y se mudó a Soho, en Manhattan, Ledger trató de pasar inadvertido en un sector de la ciudad mucho más agitado y comercial. Pero, aparentemente, su vida se volvió más social, con salidas a clubes y fiestas. Algunas de sus escapadas nocturnas fueron reportadas en el diario sensacionalista The New York Post.Según la revista People, después de salir los clubes, Ledger solía caminar muy temprano por el Parque Washington, cerca de la Universidad de Nueva York, donde se unía a los jubilados que juegan ajedrez en el lugar. “Siempre se veía cansado”, le dijo a la revista Tony Rivera, un trabajador retirado que lleva a su perro en las mañanas al parque.
Es un misterio, y tal vez nunca se sabrá, el verdadero estado mental en el que estaba el actor, pero entrevistas que concedió en noviembre cuando promocionó la cinta sobre Bob Dylan I’m not there sugieren un alto grado de desasosiego y ansiedad.
Así describió Sarah Lyall, del New York Times, su actitud cuando lo entrevistó en octubre en Londres: “Incluso cuando hablaba, Ledger no podía quedarse quieto. Se paró y sirvió café. Salió al patio a fumar un cigarrillo. Se quitó la capucha de su saco y sacudió su cabello, se puso una caucho para sostenerlo, se lo quitó, se puso un sombrero, se quitó el sombrero, de nuevo se puso la capucha y salió otra vez a fumar”.
En esa misma entrevista, Ledger confesó que tenía problemas de insomnio. “La semana pasada probablemente dormí un promedio de dos horas por noche”, dijo. También habló de tomar Ambien (zolpidem), pastillas para dormir que parecían no tener el efecto deseado.Hasta ahora nadie ha confirmado que el actor consumía drogas ilegales o alcohol, e incluso quienes compartieron con él los últimos meses aseguran que siempre lo vieron bebiendo gaseosa o agua en las fiestas. Y durante el lanzamiento de la cinta Candy, en 2006, donde personificó a un drogadicto, el mismo Ledger dijo que a lo único que había sido adicto era al tabaco.
Los seis tipos de drogas encontrados por la policía en su apartamento eran todas recetadas para la ansiedad y trastornos del sueño.
A los investigadores les tomará una semana más determinar si su muerte fue por una sobredosis de estas medicinas o por otra causa.
Entre tanto, a sus seguidores sólo les queda la esperanza de poder disfrutar su último trabajo, el de Guasón (Joker), en la próxima película de Batman, que se estrenará a nivel mundial en mayo.
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[CLAUDIA SANDOVAL GÓMEZ, PARA EL TIEMPO, DESDE NUEVA YORK]
Original post by Blogdelatele
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